viernes, 13 de julio de 2012

Ecuador y Venezuela, economías petroleras... y chinas.


Los Gobiernos de Chávez y Correa se
aferran a la mano tendida por Pekín.





Ecuador y Venezuela, economías petroleras... y chinas


Ecuador y Venezuela viven virtualmente del petróleo. Tanto Caracas como Quito llevan unos meses de sobresalto en sobresalto por la caída de los precios del crudo. Y ambos países parecen haber encontrado una salida similar: China.



Desde su pico en marzo de US$128, el barril de Brent ha llegado a caer por debajo de los US$90, para –coincidiendo con una huelga en Noruega– recuperar recientemente el nivel de los US$100. Ése que el presidente Hugo Chávez considera "justo".


La caída ha hecho saltar las alarmas en los dos sudamericanos de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), que han empezado a hacer cálculos de hasta dónde sería sostenible para sus finanzas públicas, igualmente caracterizadas por la expansión del gasto estatal para fines sociales.

Y tanto Caracas como Quito parecen tener clara cuál es la salida: China. Y con una fórmula bien similar, la suscripción de préstamos y compromisos de inversiones que son devueltos en petróleo.


Algo que les han granjeado críticas por las supuestas implicaciones políticas que podría llegar a tener "hipotecarse" con Pekín (según las últimas cifras, el país asiático pasa por su más bajo período de crecimiento en tres años, 7,6%, aunque la caída es menor de lo esperado). Sin embargo, los analistas consultados por BBC Mundo coinciden en verlo como un negocio redondo.



China presta al 7% cuando Ecuador tiene los mercados de deuda externa cerrados y Venezuela requiere ofrecer hasta un 14%. ¿Qué gana China? El petróleo que necesita para seguir creciendo.



¿Se vienen vacas flacas?
Para saber cuán duros serán los tiempos venideros habría que poner sobre la mesa cuál será el precio del petróleo, algo casi imposible de predecir.



Aunque hay analistas que auguran un panorama todavía peor para los petroleros andinos, las fuentes consultadas por BBC Mundo hablan de una previsible estabilidad alrededor de los US$100 para 2012 y a partir de ahí discrepan: desde la tendencia hacia los US$60 de Econométrica a los hasta US$120 de Barclays.



En cualquier caso, el gobierno de Rafael Correa y el de Hugo Chávez han adoptado el mismo rumbo, tomar la mano tendida ofrecida por Pekín.



En Venezuela, tanto analistas como opositores denuncian la falta de transparencia con que se produce el intercambio. Pese a todo, en círculos económicos se habla de más de US$30.000 millones. A cambio, Venezuela envía a China unos 600.000 barriles diarios. Chávez pretende llegar al millón.



Y esa relación es previsible que siga creciendo, sobre todo si se cumplen los pronósticos de caída de los precios, lo que complicaría enormemente el panorama económico venezolano para 2013.



"En 2013, vamos a pagar US$9.000 millones de títulos en divisas. Lo mismo en 2014. Y además la deuda con China, que serán como US$8.000 millones más. Con el precio en US$100, no hay problema, habrá devaluaciones, ajustes, etc., y pagamos. ¿Pero qué pasa si llega a US$50 en 2014 o si entramos en era de petróleo bajo?", le dijo a BBC Mundo Ángel García Banchs, de Econométrica.



El experto teme además que eso coincida con el, en su opinión, inevitable fin a la política monetaria expansiva de EE.UU. para 2014 ó 2015.


El panorama parece incluso más urgente para la dolarizada economía ecuatoriana, con un acuciante problema de déficit de cuenta corriente y que ya de hecho tuvo que acudir la semana pasada a un préstamo de US$515 millones del Fondo Latinoamericano de Reservas (FLAR) a un interés de entre un 3,6% y un 4% sobre el Libor a 3 meses (que ronda el 0,45%).



"En el caso de Ecuador los préstamos de China han sido aún más importantes. Desde el default de 2008, no han podido salir a los mercados internacionales y es la única forma de financiamiento externo que tienen junto algún acuerdo bilateral", afirma en conversación con BBC Mundo Alejandro Arreaza, economista para América Latina de Barclays.



La deuda de Ecuador con China supera los US$7.200 millones, un 10% del PIB del país. El gobierno se ha mostrado dispuesto a llegar al 25%, pese a las críticas.



"En buena hora que China necesite energía y nosotros tengamos esa oferta. Cuando había una dependencia con EE.UU. no decían nada", se quejó recientemente el secretario de Planificación, René Ramírez.



¿Venderle el alma a China?
"En la región en general hay un cambio en las fuentes de financiamiento en los últimos años, con China ganando tal importancia que hoy en día le presta a América Latina más que lo le prestan el FMI y el Banco Mundial en conjunto. Obviamente una porción muy grande se la lleva Venezuela", señala Arreaza.



Así, el complicado panorama que se podría presentar para los próximos tiempos tanto a Ecuador como a Venezuela, es casi inevitable que los lleve a virtualmente hipotecarse con China. ¿Pero tiene algo de malo? ¿Es peor que hacerlo con el FMI?


Según le comenta a BBC Mundo Boris Segura, analista del Grupo Nomura, con sede en Nueva York, "se han filtrado memorias de cuenta que dicen que las condiciones financieras del fondo chino, de alrededor de Libor más 600 puntos básicos, de lo que sale como 6% ó 7%".



"Eso es una tasa que si la comparas con que al emitir un bono en el mercado Venezuela va a pagar 13% ó 14%, resulta una condición favorable, más cuando al crudo que se le vende a China no se le aplica ningún descuento", afirma Segura.



El interés de Pekín, como apunta García Banchs, está en "que se aumente la producción de petróleo para poder seguir creciendo sin competir con la demanda estadounidense".



"Eso en Venezuela no está ocurriendo, no aumenta la producción, es un juego de 'suma cero' porque se usa el dinero del endeudamiento para abaratar el dólar, las importaciones, el consumo y la sensación de bienestar, sin expandir la capacidad productiva y exportadora", señala García Banchs.



Por eso, el experto no descarta que China llegue a "exigir una participación más directa en la industria petrolera y negociar un incremento en la producción".



"Cuanto peor esté nuestro acceso al crédito, más tendremos que ceder. Pero no lo veo como una neocolonización porque los chinos tienen una visión amplia en sus relaciones con el mundo y apuntan a la satisfacción de intereses comunes. Tienen claro su rol y lo quieren ejercer en paz: incrementando el comercio".



Pero claro, García Banchs recuerda que todo esto cuenta para el caso de que caiga el petróleo: "Hay otro escenario posible: una guerra en Irán o un conflicto civil en Arabia Saudita disparan el precio a US$300. En ese caso, lo dicho aquí no serviría de nada".

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