Los Gobiernos
de Chávez y Correa se
aferran a la mano tendida por Pekín.
Ecuador
y Venezuela, economías petroleras... y chinas
Ecuador y Venezuela viven virtualmente del petróleo. Tanto
Caracas como Quito llevan unos meses de sobresalto en sobresalto por la caída
de los precios del crudo. Y ambos países parecen haber encontrado una salida
similar: China.
Desde su pico en marzo de US$128, el barril de Brent ha llegado a
caer por debajo de los US$90, para –coincidiendo con una huelga en Noruega–
recuperar recientemente el nivel de los US$100. Ése que el presidente Hugo
Chávez considera "justo".
La caída ha hecho saltar las alarmas en los dos sudamericanos de
la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), que han empezado a
hacer cálculos de hasta dónde sería sostenible para sus finanzas públicas, igualmente
caracterizadas por la expansión del gasto estatal para fines sociales.
Y tanto Caracas como Quito parecen tener clara cuál es la salida:
China. Y con una fórmula bien similar, la suscripción de préstamos y
compromisos de inversiones que son devueltos en petróleo.
Algo que les han granjeado críticas por las supuestas
implicaciones políticas que podría llegar a tener "hipotecarse" con
Pekín (según las últimas cifras, el país asiático pasa por su más bajo período
de crecimiento en tres años, 7,6%, aunque la caída es menor de lo esperado).
Sin embargo, los analistas consultados por BBC Mundo coinciden en verlo como un
negocio redondo.
China presta al 7% cuando Ecuador tiene los mercados de deuda
externa cerrados y Venezuela requiere ofrecer hasta un 14%. ¿Qué gana China? El
petróleo que necesita para seguir creciendo.
¿Se vienen
vacas flacas?
Para saber cuán duros serán los tiempos venideros habría que
poner sobre la mesa cuál será el precio del petróleo, algo casi imposible de
predecir.
Aunque hay analistas que auguran un panorama todavía peor para
los petroleros andinos, las fuentes consultadas por BBC Mundo hablan de una previsible
estabilidad alrededor de los US$100 para 2012 y a partir de ahí discrepan:
desde la tendencia hacia los US$60 de Econométrica a los hasta US$120 de
Barclays.
En cualquier caso, el gobierno de Rafael Correa y el de Hugo
Chávez han adoptado el mismo rumbo, tomar la mano tendida ofrecida por Pekín.
En Venezuela, tanto analistas como opositores denuncian la falta
de transparencia con que se produce el intercambio. Pese a todo, en círculos
económicos se habla de más de US$30.000 millones. A cambio, Venezuela envía a
China unos 600.000 barriles diarios. Chávez pretende llegar al millón.
Y esa relación es previsible que siga creciendo, sobre todo si se
cumplen los pronósticos de caída de los precios, lo que complicaría enormemente
el panorama económico venezolano para 2013.
"En 2013, vamos a pagar US$9.000 millones de títulos en
divisas. Lo mismo en 2014. Y además la deuda con China, que serán como US$8.000
millones más. Con el precio en US$100, no hay problema, habrá devaluaciones,
ajustes, etc., y pagamos. ¿Pero qué pasa si llega a US$50 en 2014 o si entramos
en era de petróleo bajo?", le dijo a BBC Mundo Ángel García Banchs, de
Econométrica.
El experto teme además que eso coincida con el, en su opinión,
inevitable fin a la política monetaria expansiva de EE.UU. para 2014 ó 2015.
El panorama parece incluso más urgente para la dolarizada
economía ecuatoriana, con un acuciante problema de déficit de cuenta corriente
y que ya de hecho tuvo que acudir la semana pasada a un préstamo de US$515
millones del Fondo Latinoamericano de Reservas (FLAR) a un interés de entre un
3,6% y un 4% sobre el Libor a 3 meses (que ronda el 0,45%).
"En el caso de Ecuador los préstamos de China han sido aún
más importantes. Desde el default de 2008, no han podido salir a los mercados
internacionales y es la única forma de financiamiento externo que tienen junto
algún acuerdo bilateral", afirma en conversación con BBC Mundo Alejandro
Arreaza, economista para América Latina de Barclays.
La deuda de Ecuador con China supera los US$7.200 millones, un
10% del PIB del país. El gobierno se ha mostrado dispuesto a llegar al 25%,
pese a las críticas.
"En buena hora que China necesite energía y nosotros
tengamos esa oferta. Cuando había una dependencia con EE.UU. no decían
nada", se quejó recientemente el secretario de Planificación, René
Ramírez.
¿Venderle el
alma a China?
"En la región en general hay un cambio en las fuentes de
financiamiento en los últimos años, con China ganando tal importancia que hoy
en día le presta a América Latina más que lo le prestan el FMI y el Banco
Mundial en conjunto. Obviamente una porción muy grande se la lleva
Venezuela", señala Arreaza.
Así, el complicado panorama que se podría presentar para los
próximos tiempos tanto a Ecuador como a Venezuela, es casi inevitable que los
lleve a virtualmente hipotecarse con China. ¿Pero tiene algo de malo? ¿Es peor
que hacerlo con el FMI?
Según le comenta a BBC Mundo Boris Segura, analista del Grupo
Nomura, con sede en Nueva York, "se han filtrado memorias de cuenta que
dicen que las condiciones financieras del fondo chino, de alrededor de Libor
más 600 puntos básicos, de lo que sale como 6% ó 7%".
"Eso es una tasa que si la comparas con que al emitir un
bono en el mercado Venezuela va a pagar 13% ó 14%, resulta una condición
favorable, más cuando al crudo que se le vende a China no se le aplica ningún
descuento", afirma Segura.
El interés de Pekín, como apunta García Banchs, está en "que
se aumente la producción de petróleo para poder seguir creciendo sin competir
con la demanda estadounidense".
"Eso en Venezuela no está ocurriendo, no aumenta la
producción, es un juego de 'suma cero' porque se usa el dinero del
endeudamiento para abaratar el dólar, las importaciones, el consumo y la
sensación de bienestar, sin expandir la capacidad productiva y exportadora",
señala García Banchs.
Por eso, el experto no descarta que China llegue a "exigir
una participación más directa en la industria petrolera y negociar un
incremento en la producción".
"Cuanto peor esté nuestro acceso al crédito, más tendremos
que ceder. Pero no lo veo como una neocolonización porque los chinos tienen una
visión amplia en sus relaciones con el mundo y apuntan a la satisfacción de
intereses comunes. Tienen claro su rol y lo quieren ejercer en paz:
incrementando el comercio".
Pero claro, García Banchs recuerda que todo esto cuenta para el
caso de que caiga el petróleo: "Hay otro escenario posible: una guerra en
Irán o un conflicto civil en Arabia Saudita disparan el precio a US$300. En ese
caso, lo dicho aquí no serviría de nada".
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