miércoles, 29 de septiembre de 2010

Alimentación forzada y libertad personal, tribuna de Hernán Corral.


Alimentación forzada y libertad personal

Tribuna de Hernán Corral.


Con la prolongación de la huelga de hambre de los comuneros mapuches cobra importancia la sentencia de la Corte Suprema del 24 de septiembre pasado por la que autorizó a Gendarmería para adoptar las medidas necesarias para asegurar la vida de los huelguistas. La Corte ratificó la jurisprudencia que viene de los años ochenta de que el valor de la vida humana es superior a la libertad de quienes la ponen en riesgo, cualquiera sean las motivaciones que persigan con ello. Se entiende que entre las medidas necesarias para salvaguardar la vida está la de proporcionar nutrición e hidratación a los huelguistas, coactivamente, aunque del modo menos invasivo posible.


Esta idea ha sido cuestionada desde la óptica de un pensamiento liberal, que sustenta que el Estado no debe intervenir en las decisiones autónomas que tomen los individuos, aunque de ellas se pueda reportar un peligro para su vida o salud. La alimentación forzada sería una muestra inaceptable de un paternalismo estatal que invade ilegítimamente la esfera de libre decisión de las personas. ¿Debiera entonces el Estado abstenerse de toda acción y los tribunales negar un recurso de protección cuando el mismo afectado es quien desea atentar contra su derecho fundamental?


Junto a este liberalismo de izquierda que promueve la autodeterminación en materia de vida y conducta sexual, aparece también un liberalismo de derecha, en temas económicos. Curiosamente más o menos los mismos argumentos se han dado en contra de la ley que declaró irrenunciables los feriados del Bicentenario y frente a la idea de extender esa irrenunciabilidad a los domingos. ¿Acaso no pueden los trabajadores decidir por sí mismos si quieren o no renunciar a ese día de descanso? ¿Por qué el Estado se entromete en un ámbito que puede ser mejor regulado por los particulares involucrados?


No se trata de una controversia propiamente chilena. Hace unas semanas el Senado francés aprobó el proyecto de la ley que prohíbe a las mujeres usar el velo islámico. La ley es más amplia y se refiere a toda tenida que oculte el rostro: " Nul ne peut, dans l'espace public, porter une tenue destinée à dissimuler son visage ", reza su artículo 1º. La polémica ha sido fuerte no sólo porque aquí parece intervenir el derecho a expresar las creencias religiosas, sino nuevamente porque el Estado estaría diciéndoles a las personas cómo deben vestirse. ¿Una nueva forma de paternalismo?


El equilibrio entre respeto a la libertad e intervención del Estado en la vida pública para el logro de intereses colectivos y un más pleno respeto de los derechos fundamentales de todos no es fácil de obtener. Y la simple idea liberal, sea de izquierda o de derecha, de que siempre lo mejor es que el Estado se retire, deje hacer y no interfiera en las decisiones libres de los ciudadanos se revela no sólo como simplista, sino como inviable en la práctica.

Más fructífero es explorar las razones por las cuales el Estado puede, y a veces debe, coartar la autonomía de los individuos. El criterio de no dañar a otro puede ser apto para el derecho penal, pero es pobre para gestionar con justicia y eficiencia las áreas cuando la conducta individual produce menoscabos a valores esenciales de la convivencia pública. Así podrá ser atendible que mientras en Francia se prohíba la vestimenta que oculta el rostro para impedir la opresión de las mujeres, fundada en un motivo religioso poco justificado, en Chile será legítimo que se adopten medidas que impidan el deceso de los huelguistas de hambre. La vida es un bien mucho más irrenunciable que cualquier feriado.


Tomado de Diario El Mercurio.

Detenidos miembros del aparato internacional de Eta relacionados con las Farc .


Detenidos miembros del aparato internacional de Eta relacionados con las Farc.

Siete personas fueron detenidas en las últimas horas por su presunta vinculación a Askapena, considerada la red de la izquierda independentista vasca para hacer propaganda en el extranjero.

Siete dirigentes de Askapena, el brazo internacional de la banda terrorista Eta, fueron detenidos por la policía de España en la madrugada de ayer. Están acusados de un delito de integración en banda armada y de mantener contactos con las Farc y con otras organizaciones de América Latina.

Uno de los detenidos es Walter Wendelin, de 53 años, a quien se considera representante en nuestro continente de Batasuna, la formación política de la banda independentista que fue declarada ilegal en 2003. Se trata de un hombre suizo con pasaporte alemán, cuya imagen apareció en los documentos del computador de Raúl Reyes.

Los otros detenidos en las operaciones, que tuvieron lugar en el País Vasco y Navarra, son Gabriel Basañez Ruiz (47 años), Unai Vázquez Puente (32), Itxaso Lecuona Legorburu (24), Rubén Rolando Sánchez (35), David Soto Aldaz (39) y Aritz Gamboa de Miguel (31).

Los detenidos serán puestos a disposición del Juzgado Central de Instrucción Número Cinco de la Audiencia Nacional en Madrid.

En la operación también se llevaron a cabo registros de varios domicilios y de la sede de Askapena en Pamplona, en los que se intervino documentación impresa y en soportes informáticos.

Búsqueda de apoyo internacional

"Es importante luchar contra este sistema de protección que el terrorismo tiene a través de conexiones internacionales, en este caso con las Farc", dijo el fiscal general del Estado español, Cándido Conde-Pumpido.

El Ministerio del Interior, por su parte, explicó que la información sobre Askapena obraba en la documentación que se intervino a Eta cuando fue arrestado su máximo responsable, Francisco Javier López Thierry, en mayo de 2008.

En un comunicado el Ministerio del Interior aclaró que las actividades de Askapena operaban bajo el diseño estratégico de Eta "con el fin de difundir sus reivindicaciones, recabar apoyos exteriores para las mismas, deslegitimar al Estado español y establecer canales de comunicación y colaboración con otras organizaciones terroristas".

La información en manos de las autoridades españolas indica que Askapena no solo mantenía relaciones con la guerrilla colombiana en América Latina. Sus miembros también viajaban a Bolivia y Venezuela.

De hecho, el Ministerio del Interior señaló que Askapena difundió un comunicado colectivo de los miembros de Eta en Venezuela, en el que adherían a la declaración de alto el fuego de la banda y advertía que "en este camino no hay atajos". Hacía también "un llamamiento a la sociedad vasca en general a continuar la lucha, sin prisas y con la mayor contundencia".

Este es el segundo golpe que recibe Eta desde que declaró el alto el fuego el 5 de septiembre. La Guardia Civil detuvo hace dos semanas a nueve integrantes de la cúpula de Ekin, plataforma cuya finalidad consistía en hacer cumplir las órdenes terroristas en la izquierda abertzale (independentista).

El gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero reiteró que no negociará de nuevo con Eta, luego del fracaso de su intento pasado en 2006, y que lo único que aceptará será un cese definitivo de la violencia.

JUANITA SAMPER OSPINA
CORRESPONSAL DE EL TIEMPO
MADRID

Tomado de http://www.eltiempo.com

viernes, 24 de septiembre de 2010

Chávez marcha inexorable hacia el Estado totalitario en Venezuela.

Internacional

Chávez marcha inexorable hacia el Estado totalitario en Venezuela

Desde 1999 ha retorcido las leyes en su propio beneficio y ha modificado hasta el sistema electoral

Manuel M. Cascante / Caracas

En su camino hacia un Estado totalitario, Hugo Chávez nunca engañó a nadie, salvo a quien quiso dejarse engañar. «El proyecto sociopolítico que se ha intentado implantar en el país nació a partir de una intentona golpista y con una visión utilitaria de la vía electoral. Ante el fracaso de la vía golpista, las elecciones surgieron como un camino posible y conveniente, pero asumido sin el consecuente compromiso con las reglas del juego democrático y el respeto al pluralismo y al estado de Derecho», resume Miriam Kornblith, investigadora de la Universidad Central, en «Elecciones y referendos en Venezuela».




El mismo parto de la Constitución Bolivariana ya necesitó de fórceps legales: desde la propia convocatoria de un referéndum para instalar una Asamblea Nacional Constituyente (atribución que se disputaban el presidente y el entonces Congreso bicameral) hasta la naturaleza «originaria» de ese nuevo cuerpo legislativo, que acabaría por disolver el Parlamento elegido menos de un año antes. El Supremo resolvió a favor de Chávez lo que este había calificado de «leguleyadas» que frenaban su proyecto, hasta entonces bautizado sólo como «bolivariano».


Tras el agotamiento de cuarenta años de gobiernos bipartidistas de Copei y AD, surgidos del Pacto de Punto Fijo, Chávez parecía contar con el apoyo casi unánime de la población. Pero, «a pesar de las apariencias, el caudal electoral del gobierno era limitado, recuerda Kornblith. En todos los procesos efectuados en 1998 y 1999, la votación a favor del presidente se ubicaba en alrededor de un tercio del electorado(...), escaso frente al ambicioso propósito de «refundar la república». Ello llevaba a la necesidad de maximizar esos votos, transformando el 33 por ciento del apoyo electoral en un volumen próximo al cien por cien de los cargos públicos».


El culmen de esa subordinación de la legalidad llegaría al morir 1999, con el país inmerso en la tragedia de Vargas. El 15 de diciembre, mismo día en que las lluvias torrenciales se cobraban decenas de miles de vidas en ese estado vecino de Caracas, los venezolanos habían aprobado en referéndum la nueva Constitución. Hasta su entrada en vigor a final de año, tras publicarse en la Gaceta Oficial, la Asamblea aprovechó ese limbo jurídico para destituir a todos los titulares de los poderes públicos «y los sustituyó por nuevas autoridades identificadas con el oficialismo».


Uso y abuso institucional

Ese uso y abuso de las instituciones se mantendría tras las legislativas del año 2000 y, sobre todo, después de las de 2005, en las que la oposición rehusó participar dejando el camino expedito al rodillo chavista. En sus once años de presidencia, Chávez ha contado con tres leyes que le han permitido gobernar por decreto durante 36 meses, en los que se aprobaron más de un centenar de leyes que incluyen la nacionalización petrolera, la reforma agraria, la reestructuración de las Fuerzas Armadas, la descentralización a favor de las regiones en manos chavistas o leyes mordaza contra los medios de comunicación opositores.


Ahora, el PSUV (partido creado por el propio Hugo Chávez para poner en marcha su «socialismo del siglo XXI») pretende retener dos tercios de los 165 diputados de la Asamblea. Y, en el peor de los casos, los 99 votos necesarios para aprobar la «Ley Habilitante». Para ello ha vuelto a retorcer la ley, a través del dócil Consejo Nacional Electoral, en el que ha colocado adeptos. «La reforma de 2009 a la Ley Orgánica de Procesos Electorales, con la que se modificaron las circunscripciones, desfavorece a los estados controlados por la oposición y podría ocurrir que con un 50 por ciento de los votos la oposición sólo alcanzara un 39 por ciento de los diputados», explica el director de Ojo Electoral, Carlos Genatios.


La seguridad, en manos del Ejército

Desde las seis de la madrugada de este viernes y hasta el próximo martes, 250.000 funcionarios del Plan República resguardan los 12.436 centros de votación dispuestos para las elecciones parlamentarias de este domingo. Los militares tienen la misión de garantizar la preservación del material electoral y asegurar la integridad de la población. Para ello, «actuarán contundentemente contra aquellos que intenten violar nuestras leyes (y) si tenemos que cerrar las fronteras para garantizar la seguridad de los electores, lo haremos», anunció el ministro de la Defensa, Carlos Mata Figueroa. El rector suplente del Consejo Nacional Electoral (CNE), Humberto Castillo, especificó que la plantilla electoral suma más de 500.000 personas. Casi 18 millones de ciudadanos están convocados a votar.


Tomado de http://www.abc.es

jueves, 23 de septiembre de 2010

Reforma procesal civil, por Pablo Rodríguez Grez.


Reforma procesal civil,


por Pablo Rodríguez Grez.

Decano Facultad de Derecho Universidad del Desarrollo.

Poca cosas parecen prestigiar más a un gobierno que introducir grandes reformas con la certidumbre de que ellas perdurarán largo tiempo y darán lustre a su gestión. Muchas veces se pierden las proporciones, como ocurrió, en lo inmediato, con el "Transantiago" y, en el pasado, guardando las distancias, con la "Promoción Popular", en el gobierno de Eduardo Frei Montalva, o la "Escuela Nacional Unificada", en el gobierno de Salvador Allende. Algo parecido puede ocurrir con la reforma procesal civil en la actualidad.


Desde luego, es necesario advertir que existe una especie de obsesión por introducir en los tribunales civiles los mismos principios que rigen en la judicatura penal, no obstante que se trata de cosas diametralmente distintas. Basta, a este respecto, señalar que en materia penal se halla comprometido fundamentalmente el interés de la sociedad y en materia civil, el interés particular. Esta sola distinción bastaría para dar a cada una de ellas un tratamiento diferente.


Aun cuando parezca increíble, la justicia civil requiere de reformas menores, que apunten, esencialmente, a descongestionar los tribunales, descargando de ellos las tareas administrativas que los saturan, y mejorar la calidad de los jueces. Como lo hemos señalado varias veces, el 80% de los asuntos de que conocen estos tribunales corresponde a cobranzas judiciales (ejecución forzosa de obligaciones incumplidas), cuestión, en su inmensa mayoría, no jurisdiccional (no existe a su respecto controversia jurídica). En Chile, si un acreedor escoge mal a su deudor y éste no cumple lo convenido, el Estado sale en su defensa y le presta apoyo gratuito. Como las cobranzas judiciales provienen mayoritariamente de las grandes casas comerciales ( retail ), de las instituciones financieras (bancos) y de las empresas que explotan servicios públicos, forzoso es reconocer que el Estado entrega a estas empresas un subsidio cuantioso que debemos pagar todos los chilenos. De aquí que la primera reforma que debe encararse es poner fin a esta anomalía, crear fiscalías de cobranza en que sea el acreedor quien financie estos servicios, dejando a los jueces civiles encargados exclusivamente del ejercicio de la jurisdicción (conocer, juzgar y fallar las causas civiles que la ley pone en la órbita de su competencia). El derecho comparado demuestra que es ésta la política más eficiente y útil en la materia.


La reducción de trabajo que acarrea esta innovación permitiría al juez interiorizarse personalmente de cada proceso. De esta manera, sería posible establecer, por ejemplo, un procedimiento expedito de admisibilidad de cada demanda. Para nadie es un misterio que muchas personas inescrupulosas utilizan estos tribunales con el fin de extorsionar o presionar indebidamente, a menudo con pretensiones absurdas y abusivas. Lo anterior podría corregirse con un estudio previo que calificara la procedencia, seriedad y factibilidad del juicio. De igual modo, antes de contestarse una demanda civil e iniciarse las diversas fases del proceso, deberían las partes, en audiencia ante el tribunal, dejar constancia de los medios de prueba de que se valdrán, de los hechos no controvertidos y de las discrepancias sustanciales que sostienen. Convendría, asimismo, acotar el período de prueba -que es precisamente en donde se producen los retardos más frecuentes- y disponerse que todos los incidentes que se promuevan, salvo calificadas excepciones, se resolverán en la sentencia definitiva, o inmediatamente antes de que ésta sea dictada, sin entorpecer el curso del proceso. Concluida la tramitación, finalmente, el juez estaría obligado a promover un avenimiento, anticipando, sin que ello importara inhabilitarse, cuál es su posición sobre la controversia


Estas pocas reformas, que aliviarían el erario en lugar de sobrecargarlo, harían posible instalar un mayor número de tribunales, mejorar la remuneración de los jueces y, con ello, atraer al Poder Judicial a abogados destacados, cuya vocación, muchas veces, es opacada por sus legítimas aspiraciones económicas.


Aun cuando pueda resultar paradójico, estas reformas, por la simplicidad de su implementación y su bajo costo, no sirven a los propósitos fundacionales que busca todo gobierno, cuya máxima aspiración, con espíritu grandilocuente, consiste en dejar grabada su impronta en la historia y la memoria pública: ser el autor de la "Reforma Procesal Civil". Se trata de una legítima pretensión, sin duda, pero, a veces, demasiado onerosa para Chile.


Tomado de Diario El Mercurio.