Saqueos a supermercados, comercio general y bombas de
bencina en Argentina no fueron solo para robar alimentos,
los
asaltantes arrasaron con los electrodomésticos,
especialmente con grandes televisores plasma.
Reaparecen los saqueos en la Argentina,
por Rosendo Fraga.
Al
finalizar 2012 la Argentina vive una crisis más política que económica. Desde
el reestablecimiento de la democracia el 10 de diciembre de 1983, todas las
crisis políticas tuvieron un fuerte ingrediente económico.
Así
fue con las que afectaron la continuidad de los dos Gobiernos radicales
(Alfonsín y De la Rúa), las que tuvieron lugar con la renuncia del Presidente
interino Rodríguez Saa y el acortamiento del Mandato de Eduardo Duhalde. En
todos estos casos los disturbios en las calles fueron un detonante de la crisis
política.
En
las dos derrotas que sufrió Cristina en su primer Mandato, con el campo en 2008
y en las elecciones Legislativas de 2009, en el primer caso el detonante fue un
aumento de impuestos y en el segundo influyó la recesión provocada por los
efectos de la crisis global.
En
cambio ahora, el conflicto con el grupo Clarín en torno a la Ley de medios, el
enfrentamiento con la Justicia y el límite puesto por los partidos opositores
en el Congreso al proyecto de reforma y reelección constituyen una crisis
esencialmente política.
Pero
cuando Moyano dice que hay gente que está sufriendo privaciones está en lo
cierto. Una cosa es en Argentina 24% de inflación anual con la economía
creciendo al 8%, como sucedió en 2011, y otra es la misma inflación con la
economía creciendo al 1%.
Los
sectores de menores ingresos -más de uno de cada cinco argentinos está bajo el
nivel de pobreza- son quienes más sufren la inflación. Además, la mitad de
quienes trabajan lo hacen informalmente y ellos sufren mucho más el freno de la
economía que los trabajadores formales. El desempleo ha comenzado a crecer al
igual que el trabajo informal, como lo reconoce en ambos casos hasta el mismo
INDEC.
El
Gobierno primero ha dicho que la motivación política de los saqueos es
conmemorar el onceavo aniversario de los disturbios que en 2001 precipitaron la
renuncia del Presidente De la Rúa. Puede ser que esto haya incidido en algún
grupo que ha actuado en los saqueos, pero no es ni la explicación ni la
motivación única.
La
acusación al sindicalismo opositor de estar detrás de los saqueos no tiene
fundamento ni demostración. Este sector acaba de hacer una movilización a la
Plaza de Mayo el 19 de diciembre sin disturbios. Que algún militante de
camioneros en forma aislada pueda aparecer en un disturbio no es justificación
suficiente. No una comprobación de que haya habido una presencia del
sindicalismo opositor simultánea en Bariloche, Rosario, Campana y Chaco y al
día siguiente en San Fernando.
Once
años atrás, la economía caía al 8% anual y el desempleo llegaba al 20%. Hoy la
economía está mucho mejor en crecimiento y empleo, aunque peor en inflación. El
país está sin duda mejor que entonces.
En
estos saqueos, además de una situación económica más dura que el año pasado
-aunque no crítica-, inciden grupos radicalizados, bandas delincuenciales y
articulaciones espontáneas, en un país cuya eficacia en materia de seguridad es
baja, como se evidenció la semana pasada en los disturbios saqueos que tuvieron
lugar en el mismo centro de la Ciudad de Buenos Aires.
En
paralelo a la reaparición de los saqueos, cabe señalar que los cortes de ruta y
vías públicas como expresión de protesta han aumentado 52% en 2012 respecto a
2011. El freno de al economía y sus efectos sociales podría ser una explicación
suficiente, pero a ello se suman los conflictos políticos y sindicales y los
problemas internos en el área de seguridad.
La
decisión de enviar fuerzas Federales (la Gendarmería) a Bariloche indica que el
Gobierno ha asumido que los costos políticos que generan los saqueos no se
limitan a los Gobiernos locales, sino que se proyectan al Gobierno nacional,
aunque inicialmente tratará de plantear lo contrario.
Nota de la Redacción:
Al menos dos muertos,
ambos con heridas de bala, y una cincuentena de heridos han dejado los saqueos
a supermercado y bombas de bencina, en una escalada de violencia por la que el Gobierno culpa a sindicatos opositores, hasta
hace muy poco amigos de la familia Gobernante, mientras por el otro lado se
culpa directamente al Gobierno y a los
grupos de matones, piqueteros, que se manejan desde La Casa Rosada.
El Ministerio de
Seguridad informó que 523 personas fueron apresadas en las últimas 48 horas por
los ataques a comercios en Bariloche, Rosario, San Fernando y Campana. Algunos
de ellos fueron acusados de robo
calificado, las fuerzas de seguridad locales fueron absolutamente superadas y
debieron recurrir al apoyo de Gendarmería,
Infantería, Caballería, Grupos de Apoyo Departamental y hasta el Grupo
Halcón.
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