Desenfocados,
por Julio Poblete.
Las
tragedias que se han sucedido durante este inicio de año no nos han
dado tregua. Los incendios aún persisten en el sur de Chile, ya no sólo
arrasando áreas agrícolas o forestales, sino reservas naturales de
importancia mundial como la China Muerta. En la zona central,
Valparaíso revivió sus peores horas con el nuevo incendio que arrasó con
sectores en Placilla y Ruta de la Pólvora, y que estuvo a metros de
ingresar nuevamente a la ciudad. Pucón y Villarrica amagados
por una erupción del volcán que por estos días amenaza con reactivarse.
Finalmente, la tragedia en el norte, que golpeó a las regiones de
Antofagasta y Atacama con fuerza inusitada por la intensidad y la época
del año en que se presenta. Llovió la precipitación anual en sólo 24 horas, cobrando vidas además de pérdidas materiales.
Pareciera
que fue ayer el 27/F. Sin embargo, en cinco años vemos que nuestras
instituciones siguen sin funcionar a la altura de las circunstancias. El
problema está en que no se trata solamente de “re-accionar” frente al
desastre, que sin duda nuestras autoridades lo hacen, sino de actuar
antes, de estar más preparados, aun cuando sabemos que la naturaleza nos sobrepasa.
Es hora de reenfocarnos en lo realmente importante: la protección de todos y cada uno de los ciudadanos.
Es un escándalo que exista tiempo, prensa y recursos para aprobar una
reforma electoral que aumenta el gasto en elecciones y sueldos para esos
nuevos parlamentarios, o que exista tiempo y recursos para que los
parlamentarios discutan recurrentemente sobre cuánto subir sus dietas ya
abultadas. Por el contrario, no hay recursos, ni tiempo, ni prioridad
política para contar con una oficina de gestión de catástrofes como la
que el país necesita. No hay voluntad para destinar los recursos que ese
trabajo bien hecho requiere. La clase política está definitivamente
desenfocada. El presupuesto anual de la Onemi en 2013 fue sólo
de $450 por persona al año. ¡¿Qué más se le puede pedir a la Onemi por
esa plata?!
Las comparaciones siempre son odiosas, pero
no está mal fijar ciertos parámetros. La Agencia Federal para Manejo de
Emergencias de Estados Unidos (FEMA) cuenta con un presupuesto anual
para 2015 de 10,38 billones de dólares. Adicionalmente cuenta con un
Fondo para Alivio de Catástrofes para este año de 7 billones de dólares.
Estos fondos se proveen sobre la base del gasto promedio de los últimos
10 años. Saquen ustedes la cuenta para una población
estadounidense de 300 millones y un ingreso per cápita de 3,5 veces el
chileno…¡Aún estamos a años mil!
Legislar por una
institucionalidad adecuada para el manejo de emergencias y catástrofes
no tiene el “rating político” que sí tiene perseguir a los abusadores y
corruptos u ofrecer educación gratuita. Pero igual o más importante es
legislar por la seguridad de la ciudadanía. El discurso “bonito” y bien
visto de hablar del cambio climático ya no es sólo políticamente
correcto. ¡Es necesario actuar en consecuencia! ¿No les basta
como alerta tener 30 grados en Temuco y un diluvio en Atacama a fines de
marzo? En esta dolorosa coyuntura, hago un llamado a reenfocarse en lo importante y poner los medios que amerite la circunstancia.
Tomado de http://voces.latercera.com/2015/03/30/julio-poblete/desenfocados/
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