Algunas ideas sobre educación
Juan de Dios Víal Larraín.
El nudo ciego de nuestro sistema de educación creo que está en la enseñanza media, a la que antes se llamara humanidades. Es el eslabón que lleva desde la etapa formativa de la niñez, donde se hunden las raíces de lo que será la vida personal, hasta la madurez que la universidad procura. El mal estado de este eslabón intermedio puede frustrar el tesoro de la infancia y malograr la misión de la universidad.
La sombra de un gastado positivismo ha sometido la enseñanza media a un régimen en el que miniaturas de todas las ciencias se recitan todos los días de hora en hora. Muchas veces por profesores que no las conocen bien, carentes de la condición básica del verdadero enseñar. A estudiantes con frecuencia distraídos y ansiosos por salir a recreo. Lo único que así no se comunica es el amor al saber y el espíritu creativo de la ciencia, columna vertebral del saber humano.
¿Cómo reanimar el eslabón perdido en el sistema de enseñanza nacional? ¿Cómo dar cierta plenitud a la etapa formativa inicial? ¿Cómo poner las bases sólidas de una enseñanza superior, liberando a la universidad de tener que hacerlo en desmedro de su tarea propia? Permítaseme sugerir brevemente algunas ideas, algunas hipótesis de trabajo, en la búsqueda de una calidad de la educación, sencilla y equitativa.
Primera: concentrar fuertemente la enseñanza en un eje metodológico formativo constituido por una disciplina básica a la que pudiera llamarse disciplina del lenguaje, tomando la idea de lenguaje en toda su magnitud. Aquella que los griegos llamaron logos . Lenguaje no es sólo lo que la gramática, la retórica y la lógica cultivan. La matemática es lenguaje de las ciencias. Las artes, lenguaje de la sensibilidad. La conducta moral ha de tener la coherencia de un lenguaje. La mente ha de forjarse en vista de esa clase de funciones del lenguaje, vale decir, del ejercicio mismo de la inteligencia y el pensamiento.
Simplifiquemos: enseñemos unas humanidades y una matemática como ciencias básicas. Es decir, un uso del lenguaje abstracto de la matemática; y del lenguaje vivo, poético, de los diversos sentidos de la vida y la conducta humana, a través de la comprensión de textos fundamentales de las humanidades.
Segunda: edítese un libro para uso común, con un carácter didáctico y orientador que fuera algo así como una historia de la cultura universal en términos que llamaría sincrónicos, es decir, que no sigue una cronología, sino que presenta temas y materias como las siguientes:
Una historia del cristianismo y de otras religiones de la humanidad como el judaísmo, el islam, el budismo. Una visión de la literatura y la pintura desde Homero a Neruda, desde Giotto a Picasso. Una visión de la ciencia moderna y sus conceptos básicos. Un panorama de las instituciones sociales y políticas que la humanidad ha diseñado. Una historia de Chile. Que sea un libro leído y usado por todos; una guía y acompañamiento de un proceso personal de formación. Un índice orientador, susceptible de ser corregido, renovado, enriquecido, del cual puedan hacerse versiones diferentes.
Tercera: hacer de la escuela un centro abierto de cultura, no sólo para los estudiantes, sino para el vecindario, donde puedan practicarse diversas actividades culturales: lectura en una buena biblioteca, puesta en escena de obras de teatro, música, danza, cinematografía, programas de TV educativa, organización de excursiones y viajes. Una amplia e intensa actividad extracurricular, pero validable en el sistema, a la cual la televisión puede prestar notables servicios.
Cuarta: abrir una nueva etapa de dos años de capacitación universal en el campo de la técnica en la que todo hombre se inicie en el mundo del trabajo y la sociedad genere la base de un estrato técnicamente calificado.
Quinta: sea la universidad un centro superior de investigación científica diferenciada y de docencia doctoral accesible sólo a personas con fuerte vocación intelectual y suficientes dotes para cultivarla. En ella instálese una Facultad de Educación para profesores de la enseñanza media, averiguando bien lo que se ha hecho, por ejemplo, en Finlandia y aventurando con audacia una idea apropiada a nuestra sociedad.
Juan de Dios Vial Larraín, abogado, filósofo y profesor, ex Rector de la Universidad de Chile.
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