sábado, 15 de septiembre de 2012

Cuatro años después del caso Lehman Brothers.





Cuatro años después del caso Lehman Brothers.


Hace hoy cuatro años, el 15 de septiembre de 2008, la quiebra del banco de inversión Lehman Brothers marcó el inicio de una crisis financiera que aún tiene a EE.UU. y Europa luchando por salir de un período recesivo, durante el que más de 13 millones de personas han caído en el desempleo. El colapso del sistema financiero fue el resultado de largos años de relajamiento de las regulaciones en un sistema que permitió más de una década de boom económico y consumo excesivo basados en el endeudamiento.



La recesión, el desempleo, más de tres millones de millones de dólares de los contribuyentes, que los gobiernos y bancos centrales tuvieron que invertir para salvar a la banca y proteger la economía, dieron paso a promesas de estrictas reformas. Los propios bancos auguraron efectos negativos para la economía ante un eventual exceso de regulaciones. Pero hasta hoy los Gobiernos de los países desarrollados, especialmente EE.UU., donde se originó la crisis, han dado apenas tímidos pasos en esta materia. El proyecto de ley para obligar a los bancos a separar sus negocios de banca comercial de sus unidades de inversión, y resguardar así el dinero de los contribuyentes, sigue estancado en el Congreso estadounidense, paralizado por la incapacidad de acuerdos. Lo mismo sucede con la denominada Ley Dodd-Frank, aprobada rápidamente hace dos años con la promesa de imponer mayores controles a Wall Street, evitar nuevos salvatajes bancarios con dinero fiscal y, lo más importante, proteger a inversionistas y consumidores. La legislación requería la implementación de 400 nuevos reglamentos, para poder ejecutarse. Hasta ahora, apenas un tercio se ha dictado



En Europa aún no se llega a un acuerdo sobre la posibilidad de nuevos impuestos a la industria financiera, a fin de crear un fondo que sirva para posibles futuros salvatajes bancarios. En cuatro años, la única regulación que ha cristalizado es Basilea III, que obliga a los bancos a elevar el mínimo de capital requerido para operar. Esta medida reduce parte de los riesgos que provocaron la última crisis, pero su implementación no está prevista hasta 2013, y a medida que los bancos reducen los créditos, en Europa aumenta la presión para aplazarla.



Según un estudio del Instituto de Finanzas Internacionales, que agrupa a 400 bancos a nivel global, publicado el año pasado, la aplicación de las reformas financieras propuestas haría que el PIB de las principales economías del mundo en 2015 sea 3% inferior al que se alcanzaría sin las reformas. Pero, pese a estos efectos en el corto plazo, su aplicación es necesaria para procurar que eventos como los de 2008 no vuelvan a repetirse.


Editorial tomado de Diario El Mercurio.

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