El
silencio de Chávez inquieta a Venezuela,
por
Juan Paullier, BBC Mundo, Caracas
La
prolongada ausencia acompañada de un inusual silencio del presidente
Hugo Chávez tiene a muchos venezolanos preguntándose si está
pasando por una etapa particularmente difícil en su tratamiento
contra el cáncer en Cuba.
El
mandatario había anticipado que las rondas finales de la
radioterapia, que comenzaron el mes pasado, iban a ser difíciles.
Pero
su ausencia de la televisión es la más larga desde al menos
noviembre. Además no ha hablado públicamente desde un discurso de
13 de abril en Caracas, aunque envía mensajes desde su cuenta de
Twitter en su lugar.
El
presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, salió al paso
de los rumores de que el mandatario pudiera estar muerto.
"En
verdad estos amargados no aprenden. Tienen días diciendo que murió
el comandante. Aquí el único que no tiene vida es el majunche (en
referencia al líder opositor Henrique Capriles)", señaló.
La
semana pasada, el presidente no pudo asistir a la Cumbre de las
Américas en Colombia ni a las celebraciones del Día de la
Constitución en Venezuela, eventos en los que, en el pasado, asumía
un papel protagónico.
Durante
viajes anteriores a Cuba, Chávez aparecia en televisión
periódicamente, ya sea en llamadas telefónicas o presentaciones con
sus ayudantes o hijas, lo que daba la apariencia de seguía
trabajando y estaba al corriente de los asuntos en casa.
El
mandatario se ha sometido a tres operaciones desde junio como parte
de su tratamiento y está tratando de recuperarse del cáncer en el
momento de la campaña para la reelección en octubre.
Pero
ha decidido mantener en secreto algunos detalles de su enfermedad,
incluyendo el tipo de cáncer y la ubicación precisa de los tumores.
La
estrategia contrasta con la de varios políticos que han enfrentado
situaciones similares.
Enfermedad
y políticos... ¿qué hacer?
En
Estados Unidos, por ejemplo, el presidente está obligado a divulgar
cada año su reporte médico, algo impensado en ese país décadas
atrás y una señal de transparencia que quizá hubiera cambiado la
historia de Franklin Delano Roosevelt, quien durante años gobernó
sin que los estadounidenses supieran que una polio lo había dejado
en sillas de ruedas.
Otro
ejemplo es el del expresidente francés François Mitterrand ocultó
un cáncer de próstata durante más de diez años, hasta que la
gravedad de su estado de salud lo llevó a revelar el secreto en
1992.
Hoy
la historia es otra y enfrentarse a una enfermedad en medio de una
campaña hace más complejo el discurso del candidato.
Cuando
la entonces candidata a la Presidencia de Brasil Dilma Rousseff
informó que estaba recibiendo tratamiento para combatir un cáncer
linfático el anuncio provocó una ola de especulaciones en torno a
su candidatura.
Sin
embargo, no fue impedimento para que se terminara imponiendo en las
elecciones.
"Lo
que se quiere es coraje".
Ricardo
Batista Amaral, quien recientemente publicó una biografía de
Rousseff titulada "A vida quer é coragem" (Lo que la vida
quiere es coraje), le dijo a BBC Mundo que la clave fue la
"transparencia" con que manejó el caso.
Sin
embargo, su libro cuenta que la primera reacción de Rousseff cuando
le informaron del cáncer en abril de 2009, mientras preparaba su
candidatura para las elecciones del año siguiente, fue pedirle a los
médicos "secreto".
El
argumento de la entonces ministra fue que no quería preocupar a su
madre octogenaria y a su hija recién casada, señala el libro.
No
obstante, aclara que cuando se enteró de que los medios
brasileños
buscaban averiguar por qué había pasado por un hospital de Sao
Paulo, Rousseff recibió el consejo del entonces ministro de
Comunicación, Franklin Martins, de que divulgara la información "de
forma transparente, y rápida, en una entrevista al lado de los
médicos".
Así
lo hizo Rousseff y el autor cuenta que los estudios de opinión
realizados por su equipo de publicidad descubrieron luego que esa
apertura de la información mejoró la credibilidad de la candidata
oficialista entre los brasileños.
Coincide
con esta opinión el analista David Fleischer, profesor de ciencia
política en la Universidad de Brasilia.
"Ayudó
mucho la transparencia" con que manejó el tema desde el
comienzo, con constantes declaraciones de los médicos e incluso un
conocimiento de la población de que debió usar peluca durante el
tratamiento, le dijo Fleischer a BBC Mundo.
Debido
a eso, agregó, cuando llegó la campaña, "la población creyó"
que había superado la enfermedad y el tema estuvo ajeno a los
debates electorales.
Revelación
inesperada.
La
actitud de Antanas Mockus cuando en 2010 buscó la presidencia de
Colombia tiene puntos de contacto con la estrategia de Rousseff,
aunque inicialmente la información haya salido a la luz de una
manera inesperada.
Mockus
estaba dando una entrevista telefónica a un medio –que ya había
recibido una filtración de que el candidato tenía Parkinson–
cuando le preguntaron en vivo si tenía alguna enfermedad.
"Posiblemente
Mockus no estaba preparado para anunciarlo en ese momento, pero
Mockus, que se ha caracterizado en nuestro país por ser una persona
defensora de los principios de la ética, de hacer lo correcto en
política, no dudó en ningún instante en decir la verdad sobre su
enfermedad", le aseguró a BBC Mundo el comunicador social y
politólogo Germán Caicedo Prado.
Sus
médicos –agregó Caicedo Prado– "participaron de manera muy
profesional en ese proceso de darle a conocer a la opinión pública
qué era lo que padecía. Se dijo que no le implicaba ninguna
dificultad para el ejercicio de gobierno y que, de resultar elegido,
durante esos cuatro años no se iban a reflejar todavía los síntomas
más graves de la enfermedad".
La
campaña siguió su curso y, aunque finalmente terminó perdiendo las
elecciones, "el tema salió muy rápido de la agenda,
precisamente por el manejo transparente de Mockus y el manejo
profesional que se le dio por parte de los médicos y especialistas",
opinó el politólogo.
Informar,
el camino más transitado.
El
caso del presidente paraguayo Fernando Lugo, a quien en agosto de
2010 se le detectó un linfoma maligno cancerígeno tiene algunas
similitudes con el de Chávez.
Lugo
recibió seis sesiones de quimioterapia, la mayoría en en el
hospital Sirio-Libanés de Sao Paulo, donde cumplió gran parte de su
tratamiento y donde una vez debió ser internado de urgencia.
El
doctor Alfredo Boccia fue uno de los integrantes de su equipo médico
que acompañó a Lugo en sus viajes a Brasil y, en su condición
también de analista político, es columnista del diario Última
Hora, analizó la estrategia de Lugo.
"Por
decisión propia de él, desde el mismo inicio del conocimiento de
esa enfermedad los médicos tuvimos la orden de dar información,
amplia y completa sobre el diagnóstico, el tratamiento y las
implicancias", le cuenta Boccia a BBC Mundo.
"Cuando
no hay nada grave que ocultar, lo mejor es dar la información (…)
Lo más sano, lo más prudente, lo que ocasiona menos problemas
éticos en el futuro es mantener informada a la gente de la verdadera
condición clínica del presidente", asegura.
Ese
también fue el camino que tomó la presidenta Cristina Fernández en
Argentina, quien brindó información detallada a fin del año pasado
respecto al tumor, que luego fue catalogado de "falso positivo".
"Dar
la vida por lo que cree".
"Siempre
es preferible –agrega– pecar por exceso de transparencia porque
esos detalles al final terminan saliendo. Así se disminuye la
posibilidad de que crezcan como bolas de nieve los rumores",
opina Boccia.
Y
los rumores han sido una constante desde que el presidente Chávez
anunció su cáncer el año pasado.
Enfrentado
ahora al reto de las elecciones, "la experiencia que tiene el
presidente haciendo campañas presidenciales le permite articular un
esfuerzo alterno en este proceso (...). La participación controlada
en la campaña es una manera de ofrecer garantías a sus seguidores
de que está haciendo eso para poder gobernar seis años más",
le dice a BBC Mundo Nicmer Evans, profesor universitario y analista
político.
Consultado
sobre qué mensaje debe enviar de cara al próximo mandato, asegura
que "la mejor manera de demostrar la necesidad de la
ratificación del presidente por seis años más es la necesidad de
comprender que hay un proceso político en desarrollo que necesita
mantenerse".
"El
presidente Chávez ha decidido dar la vida por lo que cree. Ese
esfuerzo es el que permite darle un reconocimiento. La gente confía
en el criterio del presidente con respecto a su salud", agrega
Evans, quien en el pasado fue precandidato a diputado por el Partido
Socialista Unido de Venezuela y es afín al chavismo.
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