Muchos denuncian la falta de
Objetividad de la
agenda
informativa ofrecida en TV. |
En México, la televisión
también vota.
Hace varias décadas, Emilio Azcárraga Milmo dijo que su empresa
Televisa, la principal cadena de televisión de México, era "un
soldado" del Partido Revolucionario Institucional (PRI), que gobernó al
país durante 70 años.
Hoy la situación ha cambiado. Televisa y Televisión Azteca, las
principales televisoras mexicanas, se han convertido en uno de los actores más
influyentes en la vida política, coinciden analistas.
En México, como en otros países, la mayoría de los ciudadanos se
informan a través de la televisión abierta. Y las dos compañías televisoras
acaparan el 90% de la audiencia del país.
Una concentración que ya ha causado problemas, le dice a BBC
Mundo Aleida Calleja, presidenta de la independiente Asociación Mexicana de
Derecho a la Información (Amedi).
En su última visita al país, los relatores especiales para la
libertad de expresión de Naciones Unidas y la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos advirtieron que la gran concentración de medios en México
ponía en riesgo el debate democrático, recuerda la activista.
"Las televisoras tienen la capacidad de controlar la agenda
informativa, son un poder fáctico", insiste Calleja.
"Han sido un factor importante para impedir que sectores de
la población se expresen".
Debate
El poder de las cadenas de televisión no ha mermado con el relevo
en los partidos de gobierno. Según el periodista Jenaro Villamil, casi desde su
fundación Televisa había permanecido cercana a los gobiernos del PRI, pero en
2000, cuando el partido perdió la presidencia ante el candidato del partido
PAN, Vicente Fox, el poder de la empresa se mantuvo, añade Villamil.
"No te puedes explicar el poder de Televisa sin recordar el
monopolio de poder que tuvo el PRI", dice el comunicador a BBC Mundo. Sin
embargo, señala, "Cuando ese partido pierde el poder, la empresa sigue
siendo lo que era".
A partir de algunos documentos, Villamil, reportero de la revista
Proceso, ha alegado desde 2005 que existe un acuerdo entre la televisora y el
entonces gobernador del estado de Mexico, Enrique Peña Nieto, para impulsar su
imagen en el país y ayudarle a convertirse en candidato presidencial por el
PRI.
Televisa y el ex gobernador han negado reiteradamente esa
información. "El cálculo es mentiroso, un engaño, ya que sería tanto como
suponer que el gobernador Enrique Peña Nieto se ha venido promocionando en
televisión, año con año, más que todos los candidatos de todos los partidos a
todos los puestos de elección popular", señala Televisa en un desplegado
publicado en 2011.
En un comunicado emitido recientemente, la empresa insiste en que
las versiones del presunto apoyo al candidato del PRI se basan es "un
material apócrifo que ha sido reiteradamente publicado y desmentido".
¿Realmente pueden las televisoras influir en el resultado de la
actual elección presidencial?
No, le dice a BBC Mundo el especialista Mario Campos. "La
televisión es un factor en la construcción de la imagen de los candidatos, pero
no en la última etapa de la campaña", explica.
"En este proceso existen algunos contrapesos interesantes,
como las redes sociales, y aunque no tienen el alcance de la televisión, sí hay
más personas en ellas que lectores de periódicos".
Ahora, insiste, "hay incentivos y frenos para que las
televisión no sesgue la cobertura".
Telebancada
Ciertamente, la influencia de la televisión en la vida social y
política de México no es nueva, recuerda la presidenta de Amedi.
Un ejemplo es la cobertura realizada a las masacres de
estudiantes de 1968 y 1971, cuando se cerró el espacio noticioso a las
víctimas.
La situación se hizo más notoria cuando el PRI perdió la
presidencia del país en 2000. A partir de ese momento la influencia de las
televisoras aumentó considerablemente, asegura la analista.
La presidenta de Amedi señala que, por ejemplo, los partidos
políticos han postulado al Congreso a una veintena de personas vinculadas a las
televisoras.
El grupo, conocido como "la telebancada", podría buscar
la cancelación de la reforma electoral de 2007 que prohíbe a ciudadanos y
partidos políticos comprar espacio en la televisión para hacer propaganda.
¿Se puede controlar la influencia política de las televisoras?
"Es difícil ponerle un alto", responde Aleida Calleja.
"La sanción ciudadana como la que vemos ahora es una posibilidad, pero no
sabemos cuánto dure. Si no es por la vía de las leyes y el estado de derecho va
a ser muy complicado".
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