sábado, 22 de enero de 2011

Desde su campo en Talca, la voz de Jarpa.


Desde su campo en Talca, la voz de Jarpa



Votó por Piñera, su histórico contendor en RN, y hace años perdió ...que “se ha perdido el control” en el tema mapuche.



Por Katyna Tófalos y Andrés Vivanco



Contactar a Sergio Onofre Jarpa en su fundo en Talca es tarea ardua. De genio ligero y reacio a hablar con los periodistas, su voz sin embargo suena más bien cordial desde su teléfono en el campo. La primera cita –un lunes, en Santiago- se frustra por problemas de salud. El segundo intento, luego de una hora de espera, se materializa por teléfono. “Es que mi hija me cuida como hueso santo”, comenta en broma el ex senador y ex ministro de 87 años, que por esos días se ha alojado por más tiempo en el departamento de su hija mayor, ubicado en Providencia. Cuenta que ha debido venir más periódicamente a la capital desde que se fracturó una pierna hace dos años tras caerse de su caballo, lo que le sigue trayendo molestias... además de un fuerte resfrío del cual no ha podido zafarse.




Si bien ya no participa activamente en el ámbito político, cuenta que siempre lo llaman seguido para preguntarle sobre el acontecer nacional. Pero “yo estoy retirado hace años de la política, ya cumplí con esta especie de servicio por varios años. Ahora tengo la posibilidad de trabajar en lo que conozco, que es lo que me gusta, la agricultura (…), ya estuve varios años en el Senado y en el ministerio (del Interior), tratando siempre de empujar el carro chileno y de ayudar, ahora esa tarea le corresponde a la gente joven.”, comenta.




Pese a las históricas disputas que tuvieron en RN –partido del cual Jarpa fue uno de los fundadores-, dice que votó por Sebastián Piñera para la Presidencia, y que hasta el momento su Gobierno lo ha hecho bien, por lo demás reconoce en éste principios de Renovación. No obstante, y con sus 50 años de experiencia, relfexiona con preocupación sobre el estado actual de la política: “Lamentablemente, se han ido oscureciendo los ideales nacionales, la gente se maneja más por intereses personales que por patriotismos, entonces estamos debilitando las bases del edificio institucional y por eso hay tanto mal manejo en el aspecto político y financiero, porque hay mucho desapego a la idea nacional profunda tradicional que los que vivimos en otra época tuvimos la oportunidad de conocer y practicar”.




Su amigo Héctor Herrera lo califica como un hombre amante del campo, de los caballos, la ópera y lector voraz de historia chilena. Ligado desde niño a la agricultura, dice que vivir en ese mundo lo llevó a ir forjándose “una imagen nacionalista”. Dicen que de niño trabajana a la par con los peones y a los 20 años tuvo que hacerse cargo del negocio familiar debido a una fuerte enfermedad que mantuvo alejado por un largo tiempo a su padre. Nunca dudó en tomar decisiones drástica, cuenta su amigo Herrera, como cuando decidió vivir completamente solo por un año en el extremo del sur de Chile, cuidando una estancia, período que el propio Jarpa recuerda como uno de los momentos más lindos de su vida y que forjó grandes lazos con las comunidades araucanas.





SU RELACION CON PINOCHET Y AYLWIN

Pese a sus inicios en la juventud Agrario Laborista, su gran salto político fue en 1970 cuando presidió el Partido Nacional y luego en 1971 cuando junto a la Democracia



Cristiana fue gestor del Code, pacto que intentó evitar –sin éxito- que Salvador Allende llegara a La Moneda. Si bien no cumplió tal objetivo, llegó al Senado por el turbulento período de 1970-1973, donde fue uno de los más tenaces opositores al Gobierno de la UP y construyó lazos con el también senador de aquella época, Patricio Aylwin.



El ex Presidente DC recuerda las innumerables reuniones con Jarpa para tomar un café y hablar de la situación política del país, conversaciones que se repitieron tras el Golpe de 1973.




Con Augusto Pinochet, en cambio, sus primeros diálogos fueron post 11 de septiembre, cuando el fallecido general le pidió hacerse cargo de la embajada de Colombia y luego de la de Buenos Aires, en tiempos que las relaciones perfilaban hacia un conflicto bélico con el país transandino, a fines de 1978. Jarpa dice que desde un comienzo estuvo de acuerdo a que existiera un Golpe Militar, ya que según él era la única manera de “salvar al país de la oleada comunista que se vivía en aquel momento”. Y recuerda las innumerables provocaciones que, dice, se le hicieron a los militares, “como ir a dejarles comida de pájaros y plumas fuera de los carteles representando que eran unos gallinas”. Además, recuerda la crisis económica y el desabastecimiento que vivía el país.




En 1982, llegó al Ministerio de Interior, impulsando –en una época en que los partidos no tenían existencia legal- una postura de apertura al diálogo político, incluso con la oposición, período que fue bautizado como la “primavera de Jarpa”. ¿Cómo eran sus relaciones con Pinochet? Jarpa dice que en un principio sus principales temas de conversación con el general (r) eran “problemas fronterizos y actividades productivas”. Pero el acercamiento con la oposición le hace complicadas las relaciones con sus pares gubernamentales, especialmente con el ministro de Justicia, Hugo Rosende. “Ese hecho en especial marcó la salida del gobierno militar de Don Sergio” afirma su amigo Héctor Herrera.




El ex Presidente Aylwin dice haber mantenido lazos de conversación permanente con Jarpa durante el gobierno militar y tras el retorno de la democracia: “él siempre se comporto muy bien conmigo cuando yo fui Presidente, él liderando Renovación Nacional siempre fue muy constructivo como oposición”, señala. Y aunque Jarpa asegura no haber conocido nunca la magnitud de las violaciones a los derechos humanos que ocurrían en esa época, el ex Mandatario DC asegura que “nosotros le mencionamos reiteradamente a Sergio Onofre Jarpa sobre las violaciones a los DD.HH. y no tan sólo a él sino también a la misma dictadura y a los mismos ministros”, afirma.



Pero el ex senador RN recalca que él nunca estuvo de acuerdo con la gran cantidad de “excesos a las violaciones a los derechos humanos”.





DE LA FUNDACION A LA LEJANIA CON RN
A mediados de 1985 Jarpa deja el Ministerio y se lanza de lleno a la aventura de fundar un nuevo partido, RN, donde por años su “delfín” fue el actual senador Andrés Allamand, pese a que integraban alas muy distintas del partido: Jarpa la conservadora, el joven dirigente la Patrulla Juvenil, y tuvieron múltiples encontrones.





Allamand no quiso hablar del tema, pero el ex senador admite que hace mucho tiempo que perdió el contacto con él y varios dirigentes del partido.





La principal diferencia con Allamand, dice su amigo Herrera, se dio cuando un grupo en el partido “quería desligar el partido por completo del gobierno militar y Don Sergio no... El siempre representó una corriente conservadora en RN, buscó representar sus valores en el partido, los cuales muchas veces por su fuerte carácter y autoritarismo tuvo bastante desencuentros con sus pares”.





En su época en la Cámara Alta, más de alguna vez uno de sus seguidores lo propuso como presidenciable, pero “él nunca aceptó”, acota Herrera.





A principios de los ’90, mantenía su relación con Aylwin, con quien conversaba frecuentemente: “El mismo Presidente llamaba a Jarpa para pedirle ayuda, apoyo y también algunos consejos de cómo debía tratar con el general”, sostiene Herrera. El ex ministro le baja el tono y asegura que “nadie le pide consejos a nadie, se conversan las cosas, se buscan acuerdos...”. Lo que le reconoce el ex Jefe de Estado: “Jarpa siempre se vio abierto al diálogo y muchas veces nos apoyó”.






SU PREOCUPACION, LOS MAPUCHES
Pese a estar alejado de los medios y de la política, Jarpa viene todas las semanas a Santiago y se junta con sus amigos de antaño para hablar de actualidad. Dice que está preocupado por el conflicto mapuche y recuerda que cuando él fue ministro del Interior le tocó dialogar mucho con el pueblo indígena y que “nunca tuve ningún problema”. Esta etnia, asegura, ha sufrido constantes discriminaciones y “hoy se ha perdido el control sobre esta situación”.




Apasionado por los temas limítrofes, responde con un rotundo “no” al consultarle si está dispuesto a entregar una salida al mar para Bolivia, en un momento en que se habla de que nuestro país está estudiando soluciones concretas con el vecino país.





(Realizado por alumnos de la Facultad de Periodismo de la Universidad de Desarrollo. Y publicado por Diario La Segunda)