Rol de Chile en Guerra de las Malvinas.
EN ENTREVISTA concedida a este diario, el ministro de Defensa,
refiriéndose a la versión de un ex oficial británico sobre la ayuda que
Chile prestó a su país en la confrontación con Argentina en 1982, señaló
que “creo que la inmensa mayoría de los chilenos no estamos orgullosos,
para nada, de la actitud de la dictadura durante la Guerra de las
Malvinas”.
Tal declaración es desafortunada, en la medida en que no era
necesaria y desconoce los hechos históricos. En efecto, no es materia de
sentirse orgulloso de la actuación de las autoridades del momento o del
régimen de gobierno que existía entonces, sino que de comprender, como
el propio ministro insinuó, las circunstancias históricas que se vivían y
la necesidad de adoptar ciertas decisiones. El gobierno argentino de la
época había desconocido el arbitraje internacional sobre la zona del
Beagle, lo que provocó graves tensiones entre ambas naciones, que
seguían latentes, y además el presidente en ejercicio del país
transandino proclamó en la Plaza de Mayo que la invasión a las Malvinas
era el comienzo de una actitud en la zona de influencia de éstas, lo que
unánimemente se interpretó como una alusión a las posesiones insulares
chilenas.
Chile ha entregado siempre su respaldo a Argentina en la
reivindicación por Malvinas. Sin embargo, las circunstancias obligaron a
actuar para proteger la integridad nacional y la tranquilidad de la
población. Lo cierto es que las relaciones con dicha nación hoy son
excelentes, de modo que ni siquiera era requerido un gesto como la
manifestación que hizo el ministro, y muy probablemente están en ese
nivel porque las razones de Chile para actuar ante hechos que no provocó
son cabalmente comprendidas por el gobierno y la ciudadanía del país
vecino.
Tomado de Diario La Tercera
Tomado de Diario La Tercera
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