Soluciones definitivas para la estrechez energética chilena.
El complejo escenario que se avecina a raíz de la escasez de lluvias debe dar pie para avanzar de una vez en los proyectos eléctricos pendientes.
CHILE SE precia de haber obtenido positivos dividendos por haber usado con prudencia los ingresos obtenidos gracias al precio del cobre. La política fiscal anticíclica adoptada a principios de la década pasada permitió acumular ahorros que hicieron posible contar con una posición fiscal sólida frente a la crisis de 2008. Por desgracia, semejante actitud previsora no se ha repetido en un ámbito importante como la energía. Aquí, el país ha mostrado una ceguera que puede resultar muy costosa.
Los meteorólogos aseguran que 2011 será particularmente seco en la zona central. Ya en 2010 las precipitaciones estuvieron por debajo del nivel normal, y ahora no se esperan lluvias hasta fines de mayo. Los embalses entre las regiones de Coquimbo y el Maule se encuentran muy por debajo de su capacidad, lo que está provocando problemas para el riego y la generación eléctrica. El ministro de Energía ha sostenido que el escenario es complicado y que a mediados de año podría tornarse crítico si no se adoptan las medidas en previsión de la falta de lluvias. La autoridad señaló que podría llegar al extremo de firmar un decreto de racionamiento, eventualidad contemplada en la ley -se usó en 1999 y 2008- que abre las puertas a la realización de cortes programados de electricidad.
Desde hace tiempo se viene hablando de que la principal amenaza para el crecimiento económico del país está dada por la estrechez de la oferta eléctrica. Sin embargo, las medidas y políticas aplicadas han hecho que las inversiones en este sector no vayan a la misma velocidad que el aumento de una demanda que, en los últimos meses, está creciendo a niveles récord debido al dinamismo que exhibe la economía. Para el primer semestre de este año, por ejemplo, la Corporación de Bienes de Capital ha estimado que las inversiones para la generación eléctrica serán más bajas que en idéntico período de 2010, debido a retrasos en procesos de calificación ambiental de algunos proyectos y dificultades con empresas contratistas y con grupos ambientalistas. Un ejemplo de las trabas es la que sufre el proyecto HidroAysén, que acumula casi 700 días en el sistema de evaluación de impacto ambiental. Este tipo de obstáculos a la energía limpia de los proyectos hidroeléctricos ha hecho que la inversión derive hacia centrales que queman combustibles fósiles.
Las leyes que se han dictado tampoco favorecen la inversión. En reacción a la crisis de 1999, se promulgaron regulaciones equivocadas que la desincentivaron, al eliminar la causal de fuerza mayor como motivo para suspender la entrega eléctrica y fijarse fuertes multas a todo evento para las compañías que no cumplieran con la generación, la transmisión o el suministro eléctrico. La ley corta aprobada más tarde corrigió este problema y por esa razón terminó, junto con la crisis del gas argentino, elevando los costos de la energía, con el resultado de que Chile ha visto más que cuadruplicado el precio de la electricidad en los últimos ocho años.
La probable crisis de suministro que se avecina debiera motivar una reflexión seria para eliminar de una vez las trabas injustificadas a la inversión en un sector que es clave para el desarrollo del país. No es lógico ni prudente seguir prolongando una situación que tiene el potencial de poner graves obstáculos al crecimiento económico nacional.
Editorial tomado de Diario La Tercera.
Nota de la Redacción:
Las centrales térmicas son descalificadas por contaminantes, la energía atómica es descartada a priori por su peligrosidad, las centrales hidráulicas son combatidas porque afectan el entorno natural....a este paso estamos condenando a una miseria permanente a millones de compatriotas.