![]() |
Abel Prieto logró que se les
permitiera
a los intelectuales y artistas
comerciar
sus
obras en el extranjero |
Sale del gobierno cubano el zar de la cultura,
por Fernando Ravsberg, La Habana.
El gobierno cubano "liberó" de su cargo
al ministro de Cultura, Abel Prieto Jiménez, y en su lugar nombraron a Rafael
Bernal Alemany, quien se desempañaba hasta ayer como viceministro primero en la
misma cartera.
Prieto era una pieza clave para armonizar las
relaciones del gobierno con los intelectuales. Primero desde la presidencia de
la Unión de Escritores y Artistas (UNEAC) y posteriormente al frente del
Ministerio de Cultura, cargo que ocupó por 15 años.
El exministro había solicitado dejar el cargo desde
hace algún tiempo por enfrentar problemas de salud y también para retomar su
producción intelectual, de hecho este año publicó una nueva novela.
Es uno de los pocos ministros que quedaba del
gobierno de Fidel Castro. La mayoría fueron removidos de sus cargos, unos de
forma discreta, otros cambiándolos de funciones, algunos con acusaciones
públicas y por lo menos uno terminó en la cárcel.
Los
años críticos
En 1991 Abel Prieto ocupa la presidencia de la
UNEAC, era un momento crítico, la económica de la isla sufría su peor crisis y
la intelectualidad cubana entraba en choque con el Ministerio de Cultura,
aferrado a mecanismos que ya no podía financiar.
Hasta ese momento el Estado pagaba los salarios de
los artistas e intelectuales y compraba sus obras pero la desaparición de la
Unión Soviética dejó al gobierno sin fondos a pesar de lo cual se negaban a
perder el monopolio del mercado cultural.
La reacción no se hizo esperar,
muchos músicos, escritores o pintores no regresaban de sus viajes al extranjero
y dentro de la isla nacieron grupos contestatarios que reflejaban en sus obras
y en cartas públicas el descontento que vivían.
La respuesta del Ministerio de Cultura fue
represiva, "reacomodando" laboralmente a los más críticos. Uno de
ellos, profesor de la Escuela Superior de Arte, terminó como empleado de
aduanas, otros se sumaron a la disidencia y muchos emigraron.
Un
hombre clave
Desde la UNEAC Prieto se convirtió en el canal por
el que los intelectuales y artistas tramitaban sus demandas de cambio para
adaptarse a los difíciles tiempos que vivían.
Gracias a su gestión se les permitió viajar, vender
en el exterior y conservar el dinero.
Los pintores, los músicos, actores y los escritores
pudieron además vivir en el extranjero durante años sin perder la residencia en
Cuba.
En poco tiempo este sector se convirtió en uno de
los más prósperos y los roces políticos se diluyeron.
Cuando en 1997 se destituye al anterior ministro y
nombran a Prieto, la intelectualidad lo aplaude aunque la medida no hace más
que institucionalizar un papel y un poder que en la realidad ya tenía desde
hacía varios años.
Una muestra de las simpatías que aun hoy despierta
Abel Prieto entre los cubanos es que la gran mayoría de los comentarios de la
gente que aparecen en la web Cubadebate son dirigidos a reconocer el papel que jugó
en estos 15 años.
Fuera
pero cerca
Así, el frente cultural era -junto a las Fuerzas
Armadas- uno de los pocos que ya en tiempos de Fidel Castro había iniciado
reformas para adaptarse a las nuevas realidades, dicho de manera oficial
estaban “actualizando” el modelo.
Según fuentes del ministerio, el presidente Raúl
Castro se negaba a sustituir a Prieto a pesar de las repetidas solicitudes de
este.
Incluso aceptó sacarlo del Buró Político del
Partido pero insistiendo en mantenerlo al frente de Cultura.
Al parecer el gobierno no se decidía sobre qué
cuadro sería capaz de sustituirlo garantizando mantener la armonía con los
intelectuales y artistas cubanos, sobre todo en un momento de tantos cambios en
el país.
Iniciando el actual gobierno se
produce una protesta de los intelectuales, “la guerra de los emails”, a raíz de
un programa de TV que elogia a tres miembros del aparato de censura, encargados
de vigilar la pureza sexual e ideológica de la cultura y castigar con el
ostracismo a los infractores.
Prieto sale de la crisis reuniéndose con la mayoría
de los indignados para asegurarles que esa no es la política oficial y después
emite un comunicado público desligando al gobierno de cualquier reivindicación
de aquellos odiados personajes.
Todo esto podría explicar por qué el presidente
Raúl Castro no quiere a Abel Prieto demasiado lejos y lo nombra su asesor, con
lo que el trabajo del nuevo ministro estará de alguna forma supervisado por su
antiguo jefe.
Los
cambios en el gabinete
Con Prieto fuera del gabinete se han sustituido 20
ministros, solo quedan dos del anterior gobierno, son Manuel Marrero, titular
de Turismo, y el del Interior, general Abelardo Colomé Ibarra. Este último es
un hombre muy cercano al presidente.
Algunos, antiguos combatientes de la guerrilla,
como los exministros de Salud, José Ramón Balaguer y el de las Comunicaciones,
comandante Ramiro Valdés, cumplen ahora otras funciones tras enfrentar graves
problemas en sus ministerios.
Entre los casos más sonados públicamente están
los del vicepresidente Carlos Lage y el canciller Felipe Pérez. Finalmente el
ministro de la Industria de la Alimentación, Alejandro Roca, fue condenado a 15
años de prisión por corrupción.
![]() |
Prieto era una pieza clave para
armonizar
las relaciones del gobierno con
los
intelectuales. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario