Las cuentas
pendientes de Obama.
La reelección de Barack Obama por otros cuatro
años como Presidente de Estados Unidos puede interpretarse como una
ratificación de su Gobierno. El líder de la mayoría republicana en el Congreso,
John Boehner, así lo señaló hace algunos meses.
Además, es un voto de confianza del pueblo que
el camino trazado por el Mandatario llevará a la recuperación económica.
El propio Obama reconoce que, a pesar de los
avances, "no hemos llegado todavía" a la meta. Tendrá que cumplir sus
promesas inconclusas si desea que su Presidencia sea tan histórica como el día
en que fue electo el primer Presidente negro de Estados Unidos.
Deberá hacer concesiones con una Cámara de
Representantes dominada por la oposición para equilibrar el presupuesto,
progresar sobre los avances logrados y completar proyectos iniciados con
medidas significativas y duraderas.
Por encima de todo, la deuda con la comunidad
latina de promulgar una reforma migratoria no podrá esperar y, ya libre de la
necesidad de buscar la reelección, estará en condiciones de dar pasos audaces
en materia de relaciones exteriores, como el acercamiento y apertura hacia
Cuba.
BBC Mundo resume los
principales desafíos de Obama en su segundo mandato.
ECONOMÍA,
EMPLEO Y ENERGÍA
Obama tiene lo que llama el "anteproyecto
para Estados Unidos", que contempla la inversión en varios sectores para
la creación de empleo. Uno de ellos es la infraestructura, con un programa de renovación
de carreteras, puentes, aeropuertos y escuelas.
En el sector industrial promete crear un millón
de puestos a través de un nueva red de institutos de manufactura innovadora y
100.000 empleos para maestros de matemática y ciencias.
Sostiene que hay dos millones de
"buenos" trabajos más que se pueden generar con las asociaciones
entre empresas y universidades comunitarias, así como un aumento de empleos si
se presiona a China para que cumpla con reglas de comercio que nivelen el campo
para todos.
Mucho del dinero para la inversión vendrá del
ahorro por terminar la guerra en Afganistán, la cual costaría otros US$500.000
millones si continuara hasta 2021, según lo estimado por una investigación
comisionada por el Congreso.
"El Presidente no solo habla de
recuperación, sino de un plan de prosperidad de largo plazo", comentó Tara
McGiness, analista del Center for American Progress, un instituto de
investigación de izquierda con sede en Washington.
"El desarrollo de energías limpias, la
consolidación de la fuerza laboral, el énfasis en la educación y la
reconstrucción de la infraestructura son las cuatro piezas clave de ese plan a
largo plazo", le dijo McGiness a BBC Mundo.
CONGRESO,
IMPUESTOS Y GOBIERNO FEDERAL
Obama va tener que lidiar una vez más con una
Cámara de Representantes dominada por republicanos, pero no se podrá dar el
lujo de tener un enfrentamiento ideológico como el que ocurrió en julio de 2011
y que casi paraliza al país.
Prioritario en su lista de quehaceres está
reformar el anticuado código impositivo. El plan del Presidente de aumentar la
contribución al fisco de los que ganan más de US$250.000 al año y cerrar las
brechas legales de los tributos a las grandes corporaciones mientras baja los
impuestos de la clase media está diseñado para generar ingresos que ayuden a
reducir el déficit.
Sin embargo, esto tendrá que ser balanceado con
algunos recortes al gasto y ahí es donde vendrá la negociación con los Legisladores.
"No podemos seguir gastando más de un
trillón (1.000.000 millones) de dólares por encima de lo que nos entra",
le dijo a la BBC Frank Donatelli, exdirector político de Ronald Reagan y
subdirector del Comité Nacional Republicano.
"El problema es el gasto y no los
impuestos. Es más lo que se ahorra cortando gastos que lo que se gana
aumentando impuestos", aseguró Donatelli.
No obstante, los republicanos en el Congreso
también han pecado de irracionales y la presión del pueblo estará sobre los
políticos a todos los niveles para lograr acuerdos.
Tara McGuiness, del Center for American
Progress, sostiene que con la victoria electoral el Presidente tiene el mandato
para acabar con los créditos impositivos a los ricos y las corporaciones
vigentes desde la época del Presidente George W Bush.
"Ha ganado el argumento que es su visión
la que puede crear una economía que funcione para todos y no solo para los
adinerados", sostuvo la analista. "Parte de eso también implica
mantener vigentes los programas vitales de asistencia social".
SALUD
Con la promulgación del Acta de Salud Asequible
(ACA, por sus siglas en inglés) -en la que invirtió gran capital político-
Obama aseguró los fundamentos de sus programas de asistencia social.
Pero aunque ya es ley, el Presidente tendrá que
decidir qué va a pasar con ACA y cómo se aplicarán la ideas fundamentales del
acta. En otras palabras, debe implementar el sistema al tiempo que busca más
medidas para contener el costo de la atención de la salud.
Teniendo en cuenta que ya hay provisiones del
acta en vigencia en cuestiones como los cuidados preventivos y que se ha
logrado frenar la influencia de las aseguradoras, Obama tendrá que ser más
agresivo incentivando una reforma a la manera como se cobran los servicios de
salud.
McGuiness señala que hay mucho campo sobre el
cual progresar debido a la fluctuación de los costos por los mismo servicios.
"Los mismos pacientes no saben por lo que están pagando, así que hay que
crear unos costos uniformes sobre ciertos procedimientos".
El Acta de Salud Asequible fue, sin duda, uno
de los factores de la victoria de Obama entre los amplios sectores que cobija
con el plan. Pero otra variable, que empezará a cobrar notoriedad a medida que
se completen los análisis de las elecciones, es el apoyo que obtuvo de la
comunidad latina, un grupo que espera acción inmediata del Presidente.
LATINOS Y
REFORMA MIGRATORIA
La reforma migratoria, una promesa pendiente de
su primer Mandato, será un asunto ineludible esta vez.
Aunque toda legislación necesita la aprobación
del Congreso -y mucho depende de cómo reaccionen los republicanos- esta medida
para modernizar la manera como llegan inmigrantes y trabajadores a Estados
Unidos y para normalizar el estatus de 11 millones de indocumentados estará al
tope de la agenda del segundo Gobierno de Obama.
No es posible pensarlo de otra manera, sería un
desprestigio muy grande para el Presidente y para el Partido Demócrata -que
goza del tradicional apoyo de los hispanos- si no pone manos a la obra.
Para la promulgación de esa ley de reforma se
necesita bipartidismo. Tara McGuiness argumenta que la presión no estará tanto
sobre Obama para hacerla realidad, sino sobre los republicanos.
"Romney habrá perdido por un margen tan
amplio el voto hispano por sus posturas agresivas contra la comunidad que los
republicanos tendrán que hacer algo positivo para recuperar el favor de este
grupo demográfico", expresó.
Eso no libera al mandatario, sin embargo, de
tener que poner todo su esfuerzo para impulsar la ley en el Congreso.
POLÍTICA
EXTERIOR Y DEFENSA
Los segundos gobiernos son, históricamente, la
oportunidad para que un Presidente demuestre su liderazgo en política exterior.
Sucede tanto con demócratas como con republicanos.
Obama ha enfrentado muchos desafíos y
obstáculos en este ámbito, pero también ha sacado a relucir acciones como la
búsqueda y el asesinato de Osama Bin Laden. Pero lo que haga más allá de eso
definirá su legado en la materia.
Buscará un retiro razonable, suave y absoluto
de los conflictos en Irak y Afganistán. Con el retiro de las tropas, los
recortes ya fijados para el presupuesto de defensa quedarán reafirmados.
Sin embargo, la geografía es la que dicta la
agenda en política exterior y esto significa que depende de lo que suceda en
Medio Oriente, con Irán y el segundo año de la Primavera Árabe.
Se podría pensar que Obama estará mirando hacia
el este y el sur, concentrándose en intereses económicos comunes en estas dos
regiones.
Michael Shifter, analista de la organización
Diálogo Interamericano en Washington, le comentó a la BBC que puede haber una
relación mucho más dinámica y de confianza con Latinoamérica si hay avances en
varios temas particulares.
"Con el tema migratorio tiene que haber
señales que abran y mejoren la confianza con América Latina, así como con el
tema de drogas que está aumentando la violencia y la corrupción y que genera la
percepción de que Estados Unidos está congelado en su política
antidrogas", manifestó Shifter.
Si hay cambio y avance en estos temas, añadió
el analista, habrá una relación mucho más productiva tendiente al intercambio
de energía, comercio, cambio climático y no proliferación nuclear.
Otro tema importante es Cuba, pues parece
posible que se haya llegado a un momento coyuntural en términos de la relación
con el Gobierno de la isla. Ya se ha visto un cambio en esa dirección con
respecto a un relajamiento en las restricciones de viajes.
Wayne Smith, ex Diplomático de la sección de
intereses estadounidenses en La Habana durante el Gobierno de Jimmy Carter, le
dijo a la BBC que es muy posible el inicio de una normalización de las
relaciones bajo un segundo Gobierno de Obama.
"Tiene que suceder tarde o temprano.
Durante el segundo mandato de Obama tenemos la oportunidad de movernos en la
dirección correcta. Ha dado algunos pasos en esa dirección y, como no tiene que
buscar la reelección, creo que irá más lejos".
Smith también afirmó que puede haber un poco de
reacción negativa en Florida entre el exilio cubano pero, según las encuestas,
hasta 67% de los estadounidenses favorecen una normalización de las relaciones
con Cuba.
Después de once Presidentes estadounidenses,
sin voluntad o incapaces de acercarse a la isla, que Obama iniciase ese proceso
sería definitivamente histórico.
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