Incendio en
Valparaíso: la fragilidad de la ciudad Patrimonio de la Humanidad, por Paula
Molina, Chile, para BBC Mundo.
El incendio que se desató esta semana
en la ciudad chilena de Valparaíso y que tres días después aún no ha podido ser
controlado se ha cobrado 15 vidas, ha dejado 15.000 damnificados, ha destruido
2.500 viviendas y ha abierto un debate: el de qué se podría haber hecho para
evitar el que ha sido definido como "el peor incendio" de la ciudad
Patrimonio de la Humanidad.
Pese a que el fuego no amenaza
directamente a las construcciones declaradas patrimonio, el siniestro ha dejado
en evidencia la fragilidad de uno de los puertos más antiguos y pintorescos de
América Latina.
Mientras todavía se intenta controlar
el fuego, arquitectos y urbanistas denuncian el permanente riesgo de incendio
de la ciudad frente al Pacífico formada por 42 cerros y un sector plano, el
llamado "plan", que evoca un anfiteatro natural de tres terrazas.
Sólo los dos primeros niveles, el
plan y las colinas que la rodean hasta la cota 100, responden en Valparaíso a
una cuidada planificación previa. Allí se despliega el casco histórico, que da
cuenta de la vibrante vida del puerto de fines del siglo XIX, cuando era un
punto clave en la ruta comercial entre el Atlántico y el Pacífico.
La Unesco adjudica a los inmigrantes
ingleses y alemanes gran parte de la planificación en las colinas adyacentes,
en los cerros Alegre y Concepción, donde se encuentran los miradores, las
callejuelas, las escaleras y ascensores que son la marca del puerto.
Planificadores
espontáneos.
En el resto de Valparaíso, hacia la
altura, los porteños prácticamente se convirtieron en constructores espontáneos
de su ciudad. "Hay poblaciones que fueron ejecutadas con planificación,
pero gran parte de los cerros han sido creados por los propios vecinos",
dice el urbanista Iván Poduje.
"Cuando uno mira Valparaíso
desde lejos, de noche o de día, es hermoso. Las construcciones que enfrentan al
peatón en el puerto están bien armadas, pero detrás de ellas y hacia la altura
hay mucha pobreza, informalidad y segregación urbana", enfatiza Poduje.
"No se puede dar una mirada idealizada sobre lo que simplemente es pobreza
dura".
Los expertos coinciden en que la
falta de regulación adecuada, los asentamientos ilegales en altura –vinculados
a las migraciones hacia la región- y las presiones inmobiliarias –que elevan el
costo de identificar y separar las zonas seguras- han conspirado contra la
seguridad de Valparaíso.
Hoy, cuando lo peor del incendio
parece haber pasado, se cuestiona la falta de centros de acopio de agua en las
alturas, o la construcción en lugares donde hay baja presión de agua para los
carros bomba.
También se discute la tolerancia de
la autoridad a las construcciones no reguladas alrededor de sitios de riesgo,
como las quebradas, sitios privados que quedan en el abandono y donde se lanza
basura que puede acabar alimentando las llamas en los incendios.
Aunque fue una inusual mezcla de
factores la que causó el denominado "incendio perfecto" de Valparaíso
–un día otoñal de altas temperaturas y la dirección que tomó el viento en el
punto crítico del incendio, entre otros- el riesgo estaba presente y se había
anunciado.
Hace más de un año, en marzo del
2013, el profesor universitario Miguel Castillo advertía en el diario El
Mercurio de Valparaíso que, tras un largo estudio, había identificado 23 focos
vulnerables de incendio en la ciudad.
Casas inflamables.
En
esos 23 focos, dijo el experto, había vegetación combustible, casas inflamables
y basurales. En caso de un incendio, sería además difícil acceder a extinguir
el fuego. Exactamente lo que se está viendo ahora en Valparaíso.
Pero
para Iván Poduje, el incendio ha sido tan destructivo que puede marcar un punto
de inflexión en la planificación urbana en el país.
"En
Chile ha faltado un liderazgo político como el que ha existido en ciudades
latinoamericanas como Medellín (Colombia). Aquí falta planificación urbana, se
ve en Valparaíso y otros lugares", afirma.
Mientras
sigue el combate al incendio, el gobierno central ya anunció que no se
permitirá la reconstrucción en zonas donde no existan los permisos.
Los
porteños, en tanto, se preparan para empezar de nuevo. Después de todo, esta
ciudad lleva tatuadas en el pecho "la lucha, la esperanza, la solidaridad
y la alegría, como anclas que resisten las olas de la tierra", tal y como
escribió uno de sus vecinos más célebres, el poeta Pablo Neruda, cuya casa
todavía puede verse en Valparaíso.
Tomado de http://www.bbc.co.uk/
No hay comentarios:
Publicar un comentario