jueves, 16 de diciembre de 2010

Reconstruyendo el rostro de Chile.



Reconstruyendo el rostro de Chile.


Magdalena Matte
Ministra de Vivienda y Urbanismo

Hernán de Solminihac
Ministro de Obras Públicas




¿Cómo evaluar el proceso de reconstrucción de nuestro país luego de uno de los peores cataclismos de que se tenga memoria en cuanto a intensidad, diversidad y dispersión territorial de los daños? Lo más fácil sería buscar obras terminadas y contar las viviendas reconstruidas. Sin embargo, el proceso de reconstrucción que ha llevado adelante el Gobierno, bajo la conducción del Presidente Sebastián Piñera y el Comité de Ministros de Infraestructura y Reconstrucción, además de ponerse metas exigentes en esta dimensión, ha intentado reconstruir también el alma de los millones de chilenos que se vieron afectados por esta tragedia.



Esta mirada, técnica, social y política, no sólo exige voluntad, sino además mucha planificación y creatividad, para enfrentar una situación que afectó a más de 220 mil familias que requieren de apoyo para recuperar sus hogares, que dañó más de 1.700 puntos de infraestructura pública en temas tan sensibles como el agua y la conectividad, y que les quitó la sonrisa a cientos de miles de familias distribuidas en 900 ciudades y localidades, diseminadas en 239 comunas costeras, urbanas o rurales.



La primera novedad fue enfrentar de forma multidisciplinaria estas tareas, entregando a cada sector la responsabilidad de abordar las labores evidentemente propias, y generando espacios intersectoriales para los temas más complejos. Esta forma de hacer las cosas nos permite hoy, a menos de 10 meses del terremoto y a nueve meses de haber asumido el Gobierno, decir que: existen 25 planes maestros de reconstrucción de borde costero y más de un centenar de iniciativas de regeneración urbana de localidades interiores; se han identificado 170 áreas especiales de reconstrucción patrimonial con subsidios extraordinarios de hasta 200 UF; se definieron zonas de edificación condicionada en el borde costero con subsidios extra de hasta 150 UF para levantar casas tsunami-resistentes en localidades tan emblemáticas como Dichato y Constitución; a dos meses de ocurrido el hecho, el 100% del suministro de agua potable urbana estaba restablecido; de los 748 sistemas de agua potable rural dañados, hoy el 100% entrega suministro a la población; la temporada de riego se inició sin problemas de infraestructura; el 100% de las pistas de aeropuertos están completamente recuperadas; el 100% de las caletas y muelles están operativos; el 99% de la vialidad afectada está operativa; el 98% de los puentes que sufrieron algún daño están prestando servicios; la Ruta 5 Norte ha recuperado completamente su capacidad de prestar servicios, y a fines de diciembre de este mismo año, la conectividad estructurante de la Ruta 5 Sur estará restablecida; la vida en Concepción, verdadera zona cero del terremoto, ha recuperado la conectividad sobre el Biobío, y a fines de este año se habrán asignado más de 100 mil subsidios para solución de viviendas.



La velocidad de recuperación de Chile ha sorprendido incluso a expertos extranjeros si se compara esta actuación con experiencias similares en Kobe (Japón), Armenia (Colombia) o Indonesia, que fueron catástrofes concentradas en pocas localidades, con sólo una tipología de daños y que tardaron más de tres años en resolverse. Pero esta no es la única dimensión de la reconstrucción. A estas tareas físicas hemos incorporado acciones destinadas a reconstruir los espíritus. Para este verano estamos implementando un plan en las playas de las regiones del Maule y Biobío para que la gente vuelva a esas localidades a disfrutar en forma segura de su belleza, de su gente y a reactivar, más que la economía, el entusiasmo de los habitantes de ellas. Hace algunos días se inició el recorrido de celebración navideña, encabezado por la Primera Dama, para que los niños puedan disfrutar de esta significativa fiesta, que es la llamada a recordarnos que la vida avanza y nada debe detenerla.



Esta es la forma en que hemos intentado reconstruir; más que las casas y la infraestructura. Hemos intentado comenzar a reconstruir el rostro de Chile, que esperamos sea acogedor, seque sus lágrimas y sonría cada día más feliz.

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