El Gobierno del Presidente Felipe
Calderón fue juzgado en las recientes
elecciones, dicen los analistas.
¿Puede desaparecer uno de los
partidos más grandes de América Latina?
Alberto
Nájar, BBC Mundo, Ciudad de México.
¿Sobrevivirá el Gobernante Partido Acción Nacional (PAN) a su derrota
en la reciente elección Presidencial de México? Es la pregunta que muchos se
formulan en el país.
El PAN, una de las organizaciones políticas de derecha más
importantes de América Latina, fue relegado a la tercera posición en el
escenario electoral después de ganar dos veces consecutivas la Presidencia
mexicana.
Hasta ahora, el candidato con más ventaja es Enrique Peña Nieto,
del Partido Revolucionario Institucional (PRI), que Gobernó al país durante 70
años.
Tras el resultado algunos dicen que PAN está en riesgo de
desaparecer si no inicia un proceso de reflexión y busca refundarse. Otros
aseguran que sobrevivirá a la crisis, como lo ha hecho en situaciones similares
en el pasado.
Pero en lo que todos coinciden es que Acción Nacional está en
serios problemas, y las elecciones del 1º de julio son apenas una muestra.
El especialista Alberto Aziz Nacif, del Centro de Investigaciones
y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), le dice a BBC Mundo que
en los recientes comicios los votantes evaluaron al Gobierno del Presidente
Felipe Calderón y especialmente la guerra que emprendió contra el narcotráfico
que emprendió desde 2006.
"Los saldos que deja la política de seguridad, con miles de
muertos y las evidencias de que el problema se agravó", explica.
"Todo eso influyó de manera importante en la percepción de que la gente
quería un cambio respecto a la política de seguridad".
Después de las elecciones Calderón se ha reunido en privado con
líderes y consejeros de Acción Nacional en varias partes del país, a quienes
invita a fundar de nuevo al partido, según publican varios diarios mexicanos.
La convocatoria crea polémica. Algunos, como el Senador electo
Javier Corral, han dicho que el proceso de reflexión interna no debe ser
encabezado por Calderón.
"El Presidente pudo hacer y deshacer y las cosas no nos
fueron bien, ahora tendrá que darle la oportunidad a otros", dijo al
diario Reforma.
El factor Calderón
Esta no es la primera crisis que enfrenta el PAN. En 1976 no
postuló candidato a la elección Presidencial por diferencias entre grupos
internos y años después abandonó el partido uno de sus fundadores, Luis Calderón
Vega, padre del actual Presidente Felipe Calderón.
En 1992 renunciaron decenas de militantes y líderes, inconformes
porque Acción Nacional avaló decisiones políticas del entonces Presidente
Carlos Salinas de Gortari que eran contrarias a la filosofía del partido.
La siguiente crisis inició en 2006 tras la cuestionada elección
donde se designó a Felipe Calderón, explica el investigador Aziz.
Personas cercanas al Presidente denunciaron que la dirección del
PAN no les apoyó durante la campaña ni en el conflicto poselectoral de ese año.
Decidieron, entonces, desplazar al Presidente del partido, Manuel Espino, y
quedarse con el control de la organización, según recuerdan varios analistas.
Esta es una de las razones de la crisis actual, explica el
especialista Aziz. Los siguientes dos Presidentes de Acción Nacional –Germán
Martínez y César Nava- eran colaboradores cercanos de Calderón, y en las
elecciones locales que les tocó enfrentar el partido fue derrotado, o las
alianzas que hizo con la izquierda no caminaron como esperaban.
Los resultados avivaron la inconformidad interna. "En
diversos foros y análisis se ha comentado que Felipe Calderón trata al PAN como
una dependencia de su gobierno, y ahora está en una carrera para quedarse con
su control", explica Aziz.
Historia
El Senador electo Javier Lozano, ex Secretario del Trabajo en el
Gabinete Presidencial, ha dicho que el PAN puede desaparecer si no inicia un
proceso de "refundación".
Pero Acción Nacional seguirá con vida, afirma Juan Molinar
Horcasitas, Secretario de Acción de Gobierno del partido.
Desde su fundación en 1939, la agrupación política ha enfrentado
varias crisis y de todas ha salido adelante.
Esta vez, le dice Molinar a BBC Mundo, el PAN se encuentra
"en una situación difícil", pero "sigue siendo una fuerza
política muy relevante en México. Sufrimos una derrota importante, el electorado
dijo que no quería un tercer Gobierno encabezado por el PAN y eso nos obliga a
reformarnos".
En su reflexión interna Acción Nacional debe analizar tres temas
fundamentales, añade: el desempeño del Gobierno de Calderón, los errores y aciertos
de la reciente campaña Presidencial y el comportamiento del partido en este
proceso.
Para algunos la revisión interna del partido debería ser más
profunda. Desde 1939 y hasta 1977, cuando el gobierno reconoció legalmente al
Partido Comunista Mexicano, Acción Nacional fue la única organización política
de oposición en el país.
¿Adiós?
La vida interna del PAN era distinta al PRI, sobre todo en su
relación con sindicatos corporativos y la práctica de Gobernar a partir de un
grupo de amigos cercanos, recuerda el analista Jesús Silva Hérzog Marquez en un
artículo publicado en el diario Reforma.
Algo que cambió desde 2006. "Acción Nacional fue un severo
crítico del amiguismo, de la improvisación y de la cortesanía de la política
priísta. Calderón se rodeó de amigos, sin más mérito que la lealtal al Señor Presidente",
explica.
¿Cuánto influye el Presidente mexicano en la crisis de su
partido? Es parte de la reflexión interna, responde Molinar aunque el PAN,
dice, "abraza" al Gobierno actual.
Mientras, el Secretario de Gobernación, Alejandro Poiré, recuerda
que Calderón es un Mandatario bien evaluado en el país.
"Es indudable que esta gestión ha sido ampliamente aprobada,
en distintos estudios de opinión, por los ciudadanos y particularmente por los
simpatizantes con el Partido Acción Nacional", dijo a periodistas locales.
Antes de la elección Presidencial, varias encuestas revelaron que
Calderón tenía el respaldo de al menos 6 de cada 10 mexicanos. Las nuevas
mediciones no se han hecho públicas aún.
En ese contexto, ¿puede desaparecer el PAN? No, insiste Molinar.
"Si fuera ciego, sordo y mudo pues sí, pero no es ni una
cosa ni la otra", concluye.
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