Control de cambios, expropiaciones, uso de
reservas... políticas muy similares se están
aplicando en Argentina y Venezuela.
¿Se parecen Argentina y Venezuela?
Vladimir
Hernández, BBC Mundo, Argentina.
En
la polarizada política argentina se suele usar a Venezuela como una comparación
negativa para criticar al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.
Desde
el inicio de mi corresponsalía en Argentina, hace ya año y medio, escuché no
pocas veces la frase "ya estamos como en Venezuela", como si el país
donde gobierna Hugo Chávez fuese un ejemplo de algo que no funciona (lo que no
será abordado en esta nota).
En el sector de
la sociedad argentina que se puede agrupar como oposición al kirchnerismo no se
consigue mucha (o ninguna) simpatía por el mandatario venezolano Hugo Chávez y
su proyecto político que lleva ya 14 años de duración.
Hace un año
esta comparación argentino-venezolana como instrumento de hacer política me
generó curiosidad, al haber vivido muchos años en Venezuela y ahora trabajar en
Argentina.
El resultado
fue una investigación para determinar qué tanto de cierto escondía la
comparación.
Sin embargo,
tras la reelección (con 54% de los votos de Fernández de Kirchner), en octubre
pasado, desde esta corresponsalía se consideró que varias cosas cambiaron y que
valía la pena volver a revisar esta comparación.
¿Qué cambio?
Al comparar las
políticas públicas y la forma de hacer política en ambos países en abril de
2011 los puntos claros de coincidencia eran realmente pocos. Los más claros:
alta inflación, elevada polarización política, un enfrentamiento entre medios
privados y el gobierno, y una política exterior en donde se apunta a la
integración regional.
Pero más de 12
meses después los puntos de encuentro parecieran ser mayores:
Se adoptó un estricto control a la compra
de divisas en Argentina. La medida comenzó como un pedido de información fiscal
al comprador para que justificase tener ingresos declarados para la operación.
Pero con el correr de los meses se fueron cerrando las ventas, hasta que se
prohibió comprar dólares para el ahorro. Quienes quieran viajar al exterior
deben hacer un trámite para obtener los deseados dólares. Como consecuencia se
disparó el valor del dólar paralelo hasta casi 50% por encima de su precio
oficial. El gobierno argentino afirma que las medidas buscan proteger las
reservas internacionales ante un escenario de turbulencia económica en los
mercados internacionales y que además se desea fomentar el uso del peso por
encima del dólar.
En la última década el gobierno venezolano
debe ser el gobierno latinoamericano que más expropió empresas en la región.
Este año Argentina también tuvo su expropiación, al tomar control de las
acciones de la española Repsol en la petrolera Yacimientos Petrolíferos
Fiscales (YPF). Se adujo una supuesta falta de inversión del capital español, a
quien el gobierno acusó de llevarse las ganancias de YPF para financiar sus
negocios en otros países. Repsol rechaza la acusación. Pero el gobierno
argentina insiste que por la falta de inversión tuvo que empezar a importar
combustibles por primera vez en su historia en 2010. La compensación por la
expropiación aún está en veremos y todo vislumbra a la mediación de un tribunal
internacional.
En abril pasado se reformó la legislación
del Banco Central de la República Argentina (BCRA) para permitir el pago de
deuda externa con reservas internacionales, algo que en el contexto
latinoamericano sólo se ha hecho en Venezuela. La reforma fue alabada desde el
oficialismo ya que ponía fin a un pensamiento ortodoxo de economía neoliberal
en el funcionamiento del BCRA. Dicho cambio es que el ente emisor ya no tiene
como fin único el mantener una meta de inflación, si no que debe adaptarse a
las necesidades nacionales del aparato productivo y diseñar políticas
multifuncionales según sea la prioridad del país. Para los críticos de la
reforma, la ley hace que al banco funcional al poder Ejecutivo. En Venezuela,
por su parte, la autonomía de un banco central fue duramente criticada por el
presidente Hugo Chávez, quien dijo que eso "no podía ser en
socialismo". Fue revocada en 2007.
La forma de hacer política. A no pocas
personas que conozco -críticas o no de la mandataria argentina- les parecía que
durante su campaña a la reelección e incluso al asumir el mando, Fernández de
Kirchner conservaba un discurso suave, moderado, llamando a la unión. Tal forma
de hacer política parece tener un contraste hoy en día. A la presidenta
argentina ahora se la puede ver con mayor frecuencia con un tono más
confrontacional en sus discursos. En un evento político reciente, de hecho,
reveló en cadena nacional el nombre y apellido de una persona que tendría
deudas con el Fisco luego de que esta persona apareciese en la prensa
criticando los controles al dólar. Incluso aumentó el uso de la cadena nacional
que obliga a todos los medios a transmitir sus discursos. Un estilo de forma
muy similar al de Chávez.
Las diferencias.
¿Dónde están
las diferencias que debilitan la comparación entre ambos países?.
Principalmente
en el funcionamiento institucional. En Venezuela el gobierno de Chávez impulsó
varias modificaciones constitucionales -aprovechando en el período legislativo
anterior que tenía prácticamente la totalidad de los escaños- para llevar
adelante una reforma que permitiese la reelección indefinida a la presidencia.
En Argentina,
Fernández de Kirchner no puede aspirar a un nuevo período ya que el marco legal
actual no lo permite. Y aunque se susurre en el ámbito político local de una
reforma que sí lo permitiese, por ahora todo permanece en el marco de las
especulaciones.
Chávez, además,
optó en reiteradas oportunidades por legislar por decreto. Incluso cuando la
casi totalidad de los diputados en el Congreso eran de su partido. Tal medida
le atrajo duras críticas por la supuesta inherencia del poder ejecutivo en
tareas del legislativo.
En Argentina
tal cosa no ha ocurrido. Aunque el oficialismo cuenta con una mayoría en ambas
cámaras de diputados y senadores, los procedimientos políticos siguen siendo
debatidos entre bancadas del oficialismo y de la oposición.
De hecho parte
de la oposición convalidó la ley de expropiación de YPF y ha asistido a algunos
actos por la política reivindicación que adelante el gobierno por las Malvinas
o Falklands, gestos impensables actualmente en Venezuela.
El
funcionamiento de los medios en Argentina es otro elemento que suele esgrimirse
en el debate político actual para comparar a ambos gobiernos.
Presión a los medios.
En Argentina el
grupo de medios más grande del país, Clarín, junto a los diarios La Nación y
Perfil, tienen una política editorial crítica al kirchnerismo. El contrapeso lo
ofrece el diario Página 12, con un acceso que no tienen otros medios privados a
fuentes oficiales.
En Venezuela,
en cambio, el espectro de medios varió considerablemente. Hace 10 años había
cuatro canales de televisión privados de línea crítica al gobierno, mientras
que hoy en día sólo queda uno. Dos cambiaron su postura a más
"neutral" y al tercero (RCTV) no le fue renovada la concesión estatal
lo que en efecto resultó en su cierre.
El contrapeso
televisivo surge del canal estatal y de una serie de nuevos canales que
recibieron espacio en el espectro audiovisual por parte del gobierno
venezolano, lo cuales todos reflejan únicamente de manera positiva la gestión
del mandatario.
En Venezuela
además se introdujeron medidas de control a los medios de comunicación que no
hay en Argentina. Por ejemplo, la reforma penal que hace al medio responsable
de lo que diga su entrevistado al aire.
Sin embargo, el
gobierno argentino ha sido criticado por haber retirado en su casi totalidad la
publicidad oficial de los medios que le son críticos, lo que ha sido señalado
de ser una suerte de extorsión económica.
Por lo pronto,
al revisar los parecidos y diferencias de las políticas de ambos países,
pareciera que Venezuela seguirá presente en Argentina.
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