China: explosiones coordinadas sin precedentes estremecen a las autoridades.
En un hecho sin precedentes en China, tres explosiones impactaron -de manera casi simultánea- edificios del gobierno en la sureña provincia de Jiangxi. Dos personas murieron y por lo menos seis resultaron heridas en la ciudad de Fuzhou.
Los atentados se añaden a una creciente ola de incidentes violentos llevados a cabo por ciudadanos manifestando su descontento con sus condiciones económicas y los que consideran son las arbitrariedades de funcionarios públicos, entre otras quejas.
Ésta es, sin embargo, la primera vez que se utilizan coches bomba en aparente coordinación y contra oficinas gubernamentales como objetivo principal.
Los reportes afirman que dos autos bomba estallaron frente a las oficinas del fiscal estatal y de la agencia para alimentos y medicamentos de la ciudad; una tercera explosión impactó una oficina de administración distrital.
Inicialmente, la agencia estatal Xinhua informó que se sospechaba de un agricultor disgustado por un caso legal que estaba siendo manejado por la oficina del fiscal, pero esa versión fue retirada poco después por la mayoría de los medios oficiales.
La manera y los blancos de los atentados llaman la atención porque ataques coordinados con bomba (como estos aparentan ser) son muy raros en China. En años anteriores hubo una serie de ataques violentos contra individuos o negocios, pero nunca contra instalaciones gubernamentales.
Silencio oficial
Según el director del Servicio Chino de la BBC, Raymond Li, el gobierno local tenía programada una rueda de prensa sobre el tema que fue cancelada a último minuto.
Además, se le ha solicitado a la mayoría de los sitios noticiosos de China a retirar de sus páginas los informes especiales sobre las explosiones.
"Parece que las autoridades chinas pretenden restarle importancia a la cobertura de las explosiones por temor a generar preocupación entre el público", afirma Raymond Li.
"El hecho que dos autos bomba estuvieran vinculados al ataque sin duda causará gran preocupación para el gobierno, cuya prioridad en los últimos años ha sido mantener la estabilidad política y social del país", añadió el jefe del Servicio Chino de la BBC.
Fuzhou -lugar de los hechos- es una pequeña ciudad en la provincia de Jiangxi, una de las menores de China, que cuenta con una economía poco desarrollada.
Su principal distintivo es estar estrechamente asociada con los orígenes del Partido Comunista de China. Allí se estableció una de las primeras bases comunistas y muchos campesinos fueron reclutados para la revolución popular.
La provincia cuenta con varias minas donde se utilizan explosivos y fábricas para la producción de fuegos artificiales, lo que facilita el acceso a estos materiales.
Frustración y descontento
En el pasado, ciudadanos con frustraciones personales han detonado artefactos cerca de edificios o autobuses.
No obstante, Raymond Li señala que los atentados se han hecho más frecuentes y el blanco y el método del ataque de este jueves no tienen precedentes.
Los estallidos ocurrieron uno tras otro poco después de las 9 de la mañana, hora local.
Un testigo le dijo a la agencia Xinhua que la mayoría de las ventanas de la oficina de ocho pisos de la Fiscalía estallaron con la bomba.
Otro contó que las ambulancias llegaron al lugar de los hechos para sacar a las víctimas de la oficina gubernamental local y llevarlas al hospital.
El cuerpo de una víctima fue recuperado en el edificio de gobierno distrital y otra persona falleció después de ser llevada a un hospital, según un funcionario.
Por lo menos 10 autos quedaron destruidos por las explosiones, añaden los informes.
Simpatía con los perpetradores
Aunque se ha limitado la cobertura sobre el incidente, los principales sitios de microblogs en China continúan publicando comentarios de los usuarios de internet.
Raymond Li destaca que la mayoría de los comentarios simpatizan con los autores de los atentados en lugar de con los funcionarios de gobierno atacados, lo que resalta "el agudo conflicto social y la desconfianza pública hacia el gobierno y sus representantes".
En los últimos años se han empezado a ver manifestaciones de descontento ante la creciente brecha entre ricos y pobres, la corrupción y otros temas de carácter
ambiental.
"La mayor preocupación para el gobierno de China es que otras personas descontentas empiecen a imitar de una manera u otra este incidente", concluye Li.
A comienzos de este mes, más de 40 personas resultaron heridas en un ataque con una bomba de gasolina que fue detonada contra un banco por un empleado
insatisfecho, en la provincia noroccidental de Gansu.
El año pasado, en otra ciudad de Jiangxi, tres personas se prendieron fuego en un intento por evitar ser desalojados de sus casas cuando iban a ser destruidas para construir un paradero de autobús.
Tomado de BBC Mundo.
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