El Presidente parece estar con sentimiento de culpa por tomarse cuatro días hábiles de vacaciones (seis de corrido, si se cuenta este fin de semana). Porque inicia la conversación telefónica dando una suerte de explicación: "Usted sabe que el cargo de Presidente es full time, que uno no tiene ni feriados ni verdaderas vacaciones, porque debe estar siempre conectado. Me he tomado cuatro días de vacaciones, que parten hoy (ayer) viernes y terminan el próximo miércoles".
-Se entiende, Presidente...
-Quería compartir con mi familia, que hacía mucho tiempo no se reunía en pleno (continúa sin dejar espacio para una pregunta). Así es que estoy disfrutando con mi mujer y mis cuatro hijos, las pololas de ellos, y también mi nieta Antonia, la menor de mis nietos, que hacía muchos meses que yo no veía.
-Y, ¿dónde está ahora Presidente?
-En este instante estamos en Italia... Y estamos en tierra firme. No como decían la especulaciones de que estaríamos arriba de un bote o en una isla, nada de eso. Mi mujer, que está al lado mío, me dice que no diga por ningún motivo dónde vamos a estar de aquí al miércoles. Y le voy a hacer caso.
-Pero sería bueno, para precisamente frenar las especulaciones, que revelara su lugar de descanso...
-No, no. Estamos en el norte de Italia y vamos rumbo hacia el sur, siguiendo las instrucciones de Rafaella Carrá (risas). Destino final: Roma, donde estaré el próximo miércoles y jueves para participar de la celebración de los 50 años de la reunificación italiana y, además, tener entrevistas con importantes líderes mundiales.
-Presidente, entrando en materia política, ¿cuál es su análisis de lo que fue el 21 de Mayo, partiendo por la ceremonia, el clima, las manifestaciones, el lienzo desplegado por parlamentarios...?
-Hemos notado que en las últimas semanas el clima político se ha ido enrareciendo. Está empezando a prevalecer la pasión sobre la razón. En algunos sectores, el obstruccionismo por sobre la colaboración, y también vemos que muchas veces la demagogia ahoga a la responsabilidad. Y creo que es fundamental enmendar el rumbo, y revivir la cultura política seria y responsable; revivir la cultura del diálogo, y sin perjuicio de las legítimas diferencias, debemos mantener nuestra capacidad para lograr amplios acuerdos en políticas de Estado, en temas como las relaciones internacionales, la energía, la educación, la salud, la pobreza.
-¿Le molestó que algunos parlamentarios desplegaran un lienzo durante su discurso y que a ratos lo interrumpieran desde las tribunas?
-No fue un buen ejemplo de conducta cívica ni ciudadana. Además que esas interrupciones a la cuenta del Presidente estaban fríamente programadas con anticipación por invitados de algunos parlamentarios. Por eso, quiero llamar a los chilenos, especialmente a los que ejercen liderazgo popular, a que no sigamos recorriendo ese camino. La intransigencia, la falta de respeto, la tozudez y la violencia, ya sabemos adónde conducen.
-¿Es partidario de que se cambie la fecha del mensaje del 21 de Mayo como han propuesto algunos sectores?
-No nos confundamos; no hay que cambiar la fecha, lo que sí hay que cambiar son las actitudes, y recuperar esa antigua y valiosa tradición republicana del 21 de Mayo.
"Las personas merecen más protección que los árboles"
-Uno de los temas que ocuparon buena parte del discurso fue la energía. Hoy se debate con pasión en el país sobre el proyecto HidroAysén. Al escuchar su discurso queda la sensación de que su gobierno es partidario de ese proyecto. ¿Usted está decidido a autorizarlo, pese al costo en popularidad que puede tener?
-Mire, nuestro gobierno no tiene compromiso con ningún proyecto ni ninguna empresa en particular. Tenemos un fuerte compromiso con tres objetivos: primero, garantizar la generación de la energía que Chile necesita para alimentar sus hogares, sus empresas, sus ciudades y su desarrollo económico; segundo, proteger la salud y la calidad de vida de los chilenos; tercero, proteger el medio ambiente y la naturaleza.
-¿Y cuál es la prioridad?
-Estoy más preocupado de los chilenos, porque las personas merecen más protección que los árboles. Nos preocupa mucho la protección del medio ambiente, pero nos preocupa mucho más la salud y la calidad de vida de los chilenos.
-¿Y qué pasa con las energías limpias, renovables?
-Tenemos más de 100 proyectos puestos en marcha, hemos hecho alianzas estratégicas con las empresas líderes en el mundo en materia de energía limpia y renovable. Personalmente he buscado esas alianzas. Adicionalmente, hemos creado un fondo de 85 millones de dólares para estudiar y promover las energías limpias y renovables. Hemos descartado toda construcción de plantas nucleares durante nuestro gobierno, y sí avanzar en conocer mejor las nuevas tecnologías y capacitar a nuestros ingenieros y técnicos, para lo cual hemos firmado acuerdos de colaboración con países como Francia, Alemania, EE.UU., Israel, etc. Hemos establecido normas al mejor nivel internacional para las emisiones de plantas termoeléctricas y de calidad del aire. Estas normas, antes de nuestro gobierno simplemente no existían.
-¿Usted cree verdaderamente posible la meta de llegar al año 2020 con un 20% de la matriz energética basada en energías renovables, dado que faltan menos de 9 años y aún no hemos podido llegar al 5%?
-No va a ser fácil. Por eso estamos tomando un conjunto de medidas que antes en Chile no existían en beneficio de las energías limpias y renovables. Pero quisiera recordar que el agua es una energía limpia y renovable, y, por lo tanto, si descartamos la fuente hidroeléctrica como parte de nuestras energías limpias y renovables, entonces probablemente esta meta se aleje en el tiempo. No podemos seguir el camino fácil e irresponsable de aquellos que se dan cuenta de que Chile necesita energía, la consumen abundantemente, incluso en algunos casos con derroche, y simultáneamente se oponen a toda nueva fuente de generación de energía. Ese camino sólo conduce a un apagón y a debilitar el camino hacia el desarrollo y la erradicación de la pobreza en nuestro país.
-¿Qué tendría que pasar para que su gobierno no autorice el proyecto HidroAysén?
-El proyecto HidroAysén aún no culmina su tramitación. Durante el gobierno anterior se cumplieron muchas etapas y en el nuestro se produjo la aprobación condicionada por parte de la Conama de Aysén, pero aún resta que ese proyecto sea conocido por el consejo de ministros. Si bien legalmente el proyecto de las represas y el proyecto de las líneas de transmisión se tramitan en líneas separadas, todos sabemos que esos dos proyectos están íntimamente relacionados, y todavía ni siquiera se inicia el estudio de impacto ambiental de la eventual línea de transmisión que vendría desde Aysén hasta el centro del país. Por esa razón, el 21 de Mayo propusimos un debate amplio en esta materia, porque nuestra legislación, en materia de transmisión y distribución, necesita ser revisada y mejorada.
-Usted propuso construir una "carretera pública nacional" para transmitir energía...
-Precisamente, de ahí viene la decisión de impulsar un sistema interconectado nacional, y también una carretera pública de transmisión para las líneas troncales, de forma tal que, por ejemplo, no tengamos muchos proyectos privados pretendiendo tender líneas que crucen por regiones de nuestro país. No me parece razonable que cada empresa haga lo que quiera, y que tengamos no una línea, sino que tal vez dos, tres, y terminemos así como la teoría de la guitarra eléctrica, con líneas de transmisión desde Aysén a todo el país. Eso no es bueno para el país y por eso nuestro gobierno va a proponer una legislación en la materia.
-Pero el vicepresidente ejecutivo de HidroAysén, Daniel Fernández, planteó que esta carretera eléctrica podría no servir al proyecto, y que en ese caso ellos continuarían con su diseño original...
-Quiero recordarle al vicepresidente de HidroAysén, que su empresa y todas las empresas tienen que respetar en la letra y el espíritu la legislación chilena. Por tanto, si se introduce una modificación en la ley que regula las líneas de transmisión, esa legislación va a ser válida y obligatoria para todos los empresarios del sector eléctrico.
"Las parejas homosexuales merecen respeto y dignidad"
-Otro tema de debate en estos días, si bien no estuvo contenido en el mensaje del 21 de Mayo, es el relativo al proyecto para legalizar las uniones de hecho. Ha trascendido que usted enviaría este proyecto al Parlamento en cuanto vuelva de Europa. ¿Lo puede confirmar?
-Efectivamente. En nuestro programa de gobierno está el compromiso de regular y proteger mejor los derechos de más de dos millones de chilenas y chilenos que viven en pareja, ya sea de sexos distintos o del mismo sexo, sin estar casados. Ese compromiso lo vamos a cumplir.
-Se ha especulado respecto de las características de ese proyecto. ¿En qué consiste?
-Le puedo explicar los tres principios en que se basa. Primero, en nuestra opinión, el matrimonio por su esencia y naturaleza es entre un hombre y una mujer que forman una familia y que reciben los hijos que ellos quieran y que Dios quiera darles. Segundo, proteger y resguardar derechos de distinta naturaleza, como por ejemplo derechos hereditarios, de salud, previsionales, de parejas que viven en conjunto sin estar casadas y que hoy día están totalmente desprotegidos. Y el tercer criterio es respetar y resguardar la dignidad de esas parejas que conviven sin estar casados, ya sean de sexos distintos o también del mismo sexo, porque nuestro gobierno tiene la convicción de que los derechos y dignidad de esas parejas también deben ser resguardados y protegidos.
-Usted tiene claro que este proyecto hoy día genera división en la Alianza...
-El proyecto, al igual que todos los temas valóricos, genera legítimas diferencias, tanto al interior de la Coalición por el Cambio, como al interior de la Concertación. Pero ellas no nos deben impedir buscar y ojalá encontrar un acuerdo.
-¿Su gobierno quedará en la historia como el que legalizó las uniones homosexuales?
-Mire, recuerdo muy bien que en uno de los spots de la franja electoral, en que yo estaba con un joven llamado Luis Larraín, dije que en nuestro país las parejas homosexuales eran aceptadas, pero que también tenían que ser respetadas, y esa es una firme impresión de nuestro gobierno.
"El primer requisito para el diálogo es el total respeto del tratado de 1904"
-En su discurso del 21 de Mayo usted mencionó al Presidente Evo Morales. Éste le respondió el jueves y acusó a Chile de armamentista, además de pedir una respuesta concreta respecto de su aspiración marítima. ¿Hacia dónde va la situación con Bolivia?
-Más que responder a los dichos del Presidente Morales, quisiera reiterar la mejor voluntad de Chile para seguir avanzando en la agenda de 13 puntos. Pero naturalmente, dentro del respeto al Tratado de 1904, un tratado de límites que fue válidamente celebrado y está plenamente vigente. Por lo tanto, su legitimidad y plena vigencia están fuera de toda duda. El primer requisito para tener un diálogo sólido con Bolivia es el pleno y total respeto de ese tratado. Dicho esto, nuestro país ha tenido y va a seguir teniendo la mejor disposición para facilitar, no solo el comercio internacional de Bolivia a través de los puertos y territorio chilenos, sino también, tal como se lo hemos planteado al Presidente Morales, de ir más allá y colaborar con Bolivia en la promoción de sus exportaciones a través de la red de ProChile.
-Pero parece no ser suficiente para Bolivia...
-La eficacia de esa agenda ha sido reconocida públicamente tanto por Chile como por Bolivia. Por ejemplo; durante nuestro gobierno hemos reiniciado la reparación y reconstrucción del ferrocarril de Arica a La Paz; hemos facilitado instalaciones del puerto de Iquique que se suman a las de Arica y Antofagasta para favorecer el comercio exterior boliviano; hemos logrado acuerdos para proteger mejor nuestras fronteras tanto del contrabando que preocupa a Bolivia, como del narcotráfico que preocupa a Chile, y estamos dispuestos a seguir avanzando con mucha proactividad y con la mejor disposición del mundo hacia esas soluciones concretas, útiles y factibles para ambos países.
-Estamos a pocos días de la Asamblea General de la OEA y dado el nuevo tono que ha adquirido Bolivia hacia Chile, es dable pensar que intente llevar sus planteamientos a ese foro bilateral. ¿Es algo que el Gobierno tiene previsto?
-Estas conversaciones entre Bolivia y Chile son de carácter bilateral y no competen a otro país o a organismos internacionales, salvo que sea la voluntad de ambas partes.
Tomado de Emol.
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