El desarrollo eléctrico y las redes sociales,
por Andrés Concha R., Presidente Sofofa
Un amigo, sorprendido ante la molestia que expresaron muchos de sus contactos del Facebook, por la aprobación del proyecto HidroAysén, les preguntó si conocían los beneficios que dejará dicha empresa a la región. Sólo una persona había respondido afirmativamente. Entonces, decidió publicar la larga lista de beneficios comprometidos: electricidad a la mitad de su valor actual; construcción, reposición y mejoramiento de 237 kilómetros de carreteras; construcción de muelle, sitio de contenedores, áreas de almacenamiento y áreas de servicios, en Puerto Yungay; incorporación y operación de una barcaza roll on-roll off para el cruce Puerto Yungay-Río Bravo; construcción de un relleno sanitario en el sector San Lorenzo; habilitación de un centro médico en Cochrane y aporte complementario de equipamiento del Hospital de Cochrane y las postas de Tortel y Villa O'Higgins (monto máximo de MM$ 50 anuales por 10 años); creación de un área de conservación de flora nativa de 11.500 hectáreas en el sector de Bajo Pascua y una equivalente de más de 2.500 hectáreas en la zona de Baker, dotada de equipamiento turístico (centros para visitantes, senderos, señalética, miradores y refugios); producción de más de 13 millones de plantas para la reforestación de más de 4.500 hectáreas de bosque nativo en la Región de Aysén; una planta faenadora y frigorífico para la producción de 300 mil kilos de carne de vacunos y ovinos (1.500 cabezas de ganado y 1.200 cabezas de oveja al año); invernaderos y mecanización agrícola para producción de un millón de kilos de hortalizas, mediante un programa de fondos concursables y asistencia técnica; apoyo para la transformación del Liceo Lord Cochrane en una unidad polivalente, y el mejoramiento de las escuelas básicas de Cochrane, Villa O'Higgins y Tortel; para la región, 60 becas de educación superior anuales, 30 para estudios técnicos y profesionales en Aysén y 30 para estudios profesionales fuera de la región, por un período de 10 años desde el inicio de la construcción del proyecto (monto máximo de MM$ 300 anuales por 10 años); para Cochrane, 25 becas anuales, 15 para carreras técnicas o profesionales en Aysén y 10 para carreras fuera de la región, por un período de 10 años desde el inicio de la construcción del proyecto (monto máximo de MM$ 100 anuales por 10 años); diseño e implementación de un Plan Integrado de Turismo -giras tecnológicas, planes de fomento al emprendimiento turístico, habilitación de nuevos senderos, miradores, embarcaderos, paneles informativos y señalética- que considera un conjunto de medidas orientadas a (1) el fortalecimiento del capital humano de la industria turística regional, (2) la habilitación de nueva infraestructura turística y (3) el fomento a la oferta turística. La lista continuaba. El asombro de sus contactos no se hizo esperar.
A continuación, ante el temor manifestado por sus contactos del Facebook, en orden a que las represas terminarían destruyendo la Patagonia, publicó la siguiente información: la región tiene una extensión de 108.494 km {+2} y la superficie que se va a inundar con las represas es de 40 km {+2}, lo que equivale al 0,0004% de la región. No emitió ninguna opinión; sólo se limitó a exponer esos datos. Nuevamente, la reacción fue de asombro.
Este ejercicio nos revela que el análisis y la discusión de los proyectos de inversión más relevantes se están dando en dos frecuencias muy diferentes, que lamentablemente poco se conectan entre sí. Por un lado están los estudios de impacto ambiental; las observaciones y pronunciamientos de los organismos públicos sectoriales; las observaciones ciudadanas, y las aclaraciones, rectificaciones y enmiendas del titular del proyecto. Toda esta información consta en el respectivo expediente de evaluación, del cual muy probablemente la inmensa mayoría de la ciudadanía interesada no tiene el más mínimo conocimiento. Por otro lado están las redes sociales y sitios internet, donde circulan todo tipo de comentarios que muchas veces se transforman en seducciones hacia mitos muy alejados de la realidad. Uno de ellos es que determinados proyectos están destruyendo el planeta a pesar de que, en estricto rigor, estén contribuyendo a salvarlo. El resultado de este fenómeno no puede ser otro que el de una ciudadanía que protesta por la aprobación del proyecto; la autoridad queda desconcertada por la incomprensión de la gente, y los inversionistas, sorprendidos por la pérdida de credibilidad de la institucionalidad.
El episodio HidroAysén sigue siendo una "noticia en desarrollo", pero ya comienza a evidenciarnos que si no logramos comunicarnos mejor con esta realidad social, Chile dejará de ser un país viable en el muy corto plazo.
Tomado de Diario El Mercurio
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