domingo, 8 de mayo de 2011

Elecciones en Perú, por Mónica Zalaquett y José Manuel Edwards.


Elecciones en Perú,

por los Diputados Mónica Zalaquett, UDI y

José Manuel Edwards, RN.




Nos gusten o no, uno de los dos gobernará Perú. La pregunta que nos hacemos nosotros es ¿cuál de estos candidatos será mejor para Chile?


Los presidenciables que deberán competir el próximo 5 de junio en la segunda vuelta expresan los extremos del cuadro político peruano. Por una parte tenemos a Ollanta Humala, ex militar y líder de un movimiento nacionalista, y por otro, a Keiko Fujimori, la hija de un viejo conocido, Alberto Fujimori.


Debemos considerar que los dos se pueden catalogar como líderes populistas. Sus respaldos o rechazos surgen más en relación con sus figuras políticas, que con los conglomerados que los apoyan. Como tales, más allá de lo que señalen en esta etapa de la campaña, cualquiera que gane tendrá un margen amplio para la discrecionalidad. Quien triunfe, se sentirá empoderado en el gobierno por ser quien es, más que por los principios de sus partidos.


Perú es un país sin partidos políticos fuertes. Se vive lo que se llama una “crisis de representación partidaria”. Las colectividades no son capaces de agregar intereses y canalizar demandas. Estos no suman adhesiones a través de estrategias convocantes, y no generan identidad. Esta tesis se comprobó cuando, dos días antes de la primera vuelta, el partido de gobierno (Apra), el más consolidado históricamente, optó por apoyar a Pedro Pablo Kuczynski. Este apoyo no generó ningún impacto electoral. Los partidos quedan sometidos a la voluntad del líder carismático, quienes ideológicamente, por lo general, no poseen una clave interpretativa que oriente a la sociedad para ubicarlos en la derecha o en la izquierda, conservador o liberal.


Con respecto a nuestra pregunta inicial, la respuesta es compleja. El nivel de incertidumbre sobre lo que harán cuando uno de ellos llegue a Palacio Pizarro sigue siendo una incógnita. Además, la campaña ha estado marcada por dos candidatos, que en vez de proponer iniciativas han tendido a señalar lo que no harán. Humala dice que no va a estatizar la economía; Keiko, que no indultará a su padre. Conocemos más de ellos por sus adversarios que por sus propuestas.


Humala, el candidato anti chileno de las elecciones pasadas, es ahora el moderado seguidor de Lula; ¿cuál es el verdadero Humala?; ¿qué pasaría si estuviera bajo en las encuestas y pierde en el fallo de La Haya?; ¿serán verdad las violaciones a los derechos humanos de que se le acusa? Hoy día no tenemos respuesta a ninguna de estas interrogantes.


El caso de Keiko Fujimori es ligeramente distinto. Es una líder populista y sin partido como lo entendemos en Chile, pero un caso especial. Por su pasado y su familia tenemos una idea de quién es. Esto a pesar de que para conquistar los votos de centro ha tenido que distanciarse del legado de su padre. Incluso ha llegado a pedir perdón por los errores de ese gobierno. Pero con mucho respeto, para muchos de nosotros este distanciamiento es difícil de creer.


Entendemos que lo hace para no cargar la mochila de los atentados a la democracia, acusaciones de violaciones a los DD.HH. y la corrupción de la que se acusa a su padre. Pero a la vez, también es cierto que durante el gobierno de Alberto Fujimori, con su hija como primera dama, se puso fin a “Sendero Luminoso”, tuvo una buena relación con Chile y sembró las bases de la economía social de mercado, que continuada posteriormente ha hecho que Perú crezca por más de diez años a tasas superiores al 7%. Todas características en el interés de Chile.


Considerando todos estos elementos, desde el punto de vista estrictamente chileno, nos atrevemos a recordar el viejo refrán: “Más vale vecina conocida… que vecino por conocer”.



Tomado de Diario El Mercurio.