Patricia
Matte Larraín: "El Ministro Eyzaguirre es un hombre muy inteligente, pero
se tragó la ideología completa".
La mítica sostenedora, perteneciente a uno de los grupos económicos más
influyentes del país, dice que se busca "cambiar la estructura de poder.
Quieren que los privados seamos una franquicia del Estado".
por Jéssica Henríquez D., La Segunda
Inestabilidad.
Esa es la palabra que más repite Patricia Matte
Larraín -sostenedora de la Sociedad de Instrucción Primaria (SIP)- a la hora de
hablar de las reformas que tramita el Gobierno de la Presidente Bachelet.
Y no habla solo de Educación, un sector que
maneja al dedillo tras años administrando colegios. También se refiere a lo
político, económico y valórico.
Orgullosa de sus 70 años, la socióloga encarna
una triada difícil de replicar: mujer exitosa, perteneciente a uno de los
grupos económicos más influyentes del país, y experta en educación.
"Sé que muchas cosas tienen que cambiar,
pero me preocupa que se estén quitando las bases de todo (...) Son demasiadas
cosas juntas y todas en un mismo sentido, es un cambio demasiado trascendental
que pone inestabilidad en todo: la familia, la preservación de la vida, lo
económico, la educación. Hay una incertidumbre completa, y al final uno no sabe
en qué va a terminar todo esto", dice.
-¿Le tiene desconfianza al Gobierno de la
Presidente Bachelet?
-En su Gobierno anterior, no hace mucho tiempo,
tuve una excelente relación con ella. En ese momento creí de verdad y puse todo
de mi parte para contribuir a los acuerdos, pero hoy esos acuerdos se están
desconociendo.
-¿Qué es lo que más le preocupa?
-Lo tributario es lo que menos me aflige, porque
creo que se puede llegar a acuerdos razonables. En el tema valórico, creo que
cada uno debe dar testimonio de lo que cree y si el país completo está a favor
del aborto, quiere decir que lo hemos hecho muy mal los que pensamos diferente.
Pero lo más grave es en educación, que gastemos enormes recursos sin mejorar la
calidad.
Se apasiona hablando de subvenciones, aportes
basales, leyes y proyectos educativos.
"Esta reforma está hecha para cambiar la
estructura de poder, porque creen que los privados tiene demasiado poder en el
ámbito educacional y hay que reducirlo".
-¡Si el ministro lo ha dicho!... Como no sabe
cómo se hace educación en el día a día en las escuelas, va y dice las cosas que
piensa no más. Ahí sus dichos de los patines o de los niñitos rubios. Y cuando
dice que esto es igual que la reforma agraria, es verdad: aquí se busca cambiar
quién manda en la Educación. Lo que quieren es que los privados nos
transformemos en una franquicia del Estado. El problema es que a los papás no
les interesa saber quién manda, les interesa que sus hijos tengan buena calidad
en los colegios.
Grandes nebulosas
No ha hablado aún con el Ministro Eyzaguirre,
aunque la llamaron por teléfono desde el Gabinete a pocos días de haber asumido,
para avisarle que después tendrían una reunión para conversar. "Yo creo
que fue para dar una señal y tranquilizarme", dice.
-¿Qué opina de él?
-Me encantaría que bajara al mundo real de los
colegios, lo veo muy perdido en eso. Es un hombre muy inteligente, pero se
tragó la ideología completa. No sabía que pensaba tan distinto de cuando era Ministro
de Hacienda. Me encantaría que aterrizara. También echo de menos esa brillante
inteligencia de la Valentina Quiroga (Subsecretaria), a quien conozco mucho,
dedicada no sólo a hacer algo teórico. ¡Por favor! Que piensen que en este
minuto hay miles de colegios funcionando y todos están inquietos: sostenedores,
profesores, apoderados y alumnos.
-¿Hay liderazgo político suficiente para esta
reforma?
-Echo de menos a la Presidente Bachelet
involucrada más a fondo tratando de que esto resulte bien, hace falta eso.
-¿Qué esperaría?
-Como esta es lejos la reforma más emblemática,
porque lo tributario es sólo el medio para lograr calidad en la educación,
estoy segura que nadie se va a oponer a ellos si se usan bien los recursos. La
reforma tributaria saca plata a los privados y se la pasa a los públicos. Está
bien, pero falta la Presidente dando garantías de que eso se va a traducir en
más calidad educativa y en cómo se va a hacer. Hoy hay grandes nebulosas en los
procedimientos.
A tal punto es su incertidumbre, dice, que la SIP
que ella dirige -que administra 18 colegios sin fines de lucro- paralizó tres
proyectos nuevos que tenía prácticamente listos: "¡Así de cuestionados nos
sentimos! Y eso que no tenemos fines de lucro!".
Pero no es sólo eso, dice. "Es todo: es el
cambio de concepto del sostenedor, es el cambio de cuatro leyes que hoy
enmarcan nuestro quehacer: la Ley General de Educación, la ley de Subvención, la
ley SEP y la de Aseguramiento de la Calidad. Las cuatro van a ser transformadas
de un solo paraguazo, y todo, con la incertidumbre de no tener certezas de si
será para mejor, si habrá mejores colegios".
"Están calladitos".
-Pero tal como están las cosas, no todos los
colegios funcionan como deberían.
-Hay sostenedores muy buenos, muy serios y otros
muy frescos y muy malos. Por años hemos podido terminar con aquellos que han
birlado los recursos y no lo hemos hecho. ¿Por qué Piñera fue el primer Gobierno
que cerró colegios privados, que todos sabíamos que eran pésimos?
-¿Porque la Concertación no se atrevió?
-Tengo mis dudas... Creo que es porque había
gente muy poderosa detrás de esos colegios.
-¿Gente de la DC?
-Gente de la DC, del Partido Socialista y de
todos lados.
-Pero muchos dirigentes políticos siguen
ligados a colegios.
-Claro y están calladitos. Había sostenedores que
uno conocía, importantes personas de la DC, buenos sostenedores, que hicieron
fortuna manejando colegios. ¿Y sabes qué ? No le encuentro nada de malo si, en
lo educativo, lo hacen bien.
Y cuenta con fascinación la historia de la
Escuela Francisco Ramírez (de San Ramón), que siempre se ubica entre los
colegios con mejores resultados. "Esa historia es notable. Se trata de la
señora Ramírez, que era profesora, que su esposo la apoyo para crear dos
colegios que todavía existen. Ella decidió que esa iba a ser su forma de vida,
que con eso iba a educar a sus hijos".
El hijo mayor de la señora Ramírez "es hoy
un abogado eminente a quien conozco muy bien, que era socio del prestigioso
estudio de abogados Carey. Y su hija es profesora, es la actual sostenedora de
la escuela y lo hace perfecto, desde hace años que logra buenos resultados en
los colegios. ¡Ese fue el lucro de la señora Ramírez! Educar bien a sus hijos,
que estudiaran en la Católica y mandarlos a Harvard".
Pero por otro lado, dice, "había otros
sostenedores que no pagaban la previsión, que inventaban niños que iban a
clases... Y esos siguen conviviendo con la familia Ramírez y contaminan el
sistema. A esos hay que hacerlos desaparecer".
-Algunos de la Nueva Mayoría pareciera que
desaparecieron.
-Conozco a varios. Esperaría que pronto saquen la
voz y digan lo que piensan de todo esto.
-¿Walter Oliva?
-Amigo mío... Te voy a contar algo. Cuando con la
SIP fuimos a buscar un terreno para construir un colegio en San Bernardo al
lado del campamento San Francisco, se nos acercaron tres personas a
preguntarnos qué íbamos a hacer con ese basural. Les dijimos que un colegio, y
una señora dijo ¡qué maravilla! porque yo llevo a mis hijos a un colegio muy
lejos pero que es bueno.
Se trataba del colegio Dagoberto Godoy (de la red
de Oliva).
-Lo más increíble es que el Municipal quedaba a
dos cuadras, se llamaba Jaime Guzmán, pero era un antro de perdición. He echado
de menos que Walter plantee su postura. Su madre, hoy una persona mayor, fue
profesora y dedicó toda su vida a esto. Y su padre también. No sé por qué está
tan callado.
-¿Por sus vínculos personales con autoridades
de Gobierno?
-Imagino que eso lo tiene muy complicado. Pero
tiene varios negocios, es un emprendedor, empresario, socio en una universidad,
un tipo muy inteligente y capaz.
Pero lo que más lamenta, confiesa, es que
"hay mucha descalificación personal cuando se habla de todo esto. ¿Pero
sabes? La cosa es grave y creo que vale la pena decir lo que pienso".
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