Nuevos ciudadanos estadounidenses de
origen latino podrían quedar marginados
del proceso electoral.
Hispanos enfrentan cada vez más obstáculos para votar en EE.UU.
En Estados
Unidos hay un creciente número de gobiernos y legislaturas estatales que están
promoviendo leyes que imponen mayores condiciones a los ciudadanos antes de que
puedan votar y restringen el proceso de registro electoral.
Los que
abogan por una mayor participación en el proceso democrático afirman que estas
medidas afectan de manera desproporcionada a las minorías y las comunidades
golpeadas por la crisis económica, en particular la latina.
Aquellos que
apoyan las nuevas leyes dicen querer proteger la integridad de las elecciones
contra la posibilidad de fraude.
Según
activistas que defienden el derecho al sufragio, millones de votantes podrían quedar
excluidos de las próximas elecciones en EE.UU.
Enumeran
varios obstáculos como el requerimiento en algunos estados de un carné de
identificación con foto para poder votar, la prueba de ciudadanía, la
dificultad con el idioma, la reducción de fechas para la votación anticipada,
la eliminación de días cruciales de acción comunitaria para ir a votar y hasta
las nuevas restricciones y amenazas de multas contra organizaciones y
voluntarios que registran votantes.
Identidad con foto
La ley más
sobresaliente es la del requisito de mostrar en los puestos de votación un
carné de identidad con foto emitido por una autoridad gubernamental. "La
mayoría de la gente tiene esta identificación, pero la proporción de latinos
que no la poseen es mucho más alta que en otros grupos demográficos",
explicó a BBC Mundo Scott Keyes, Centre for American Progress, una institución
de investigación liberal en Washington.
Hasta 20
millones de personas en Estados Unidos no tienen lo que podría considerarse
como identificación adecuada, asegura Keyes. "En algunos sitios rurales la
gente no la necesita o viven a más de 150 kilómetros de una oficina que las
emita y el gobierno no provee facilidades para que la obtengan. La carga recae
sobre el ciudadano".
En algunos
casos, añade, para el carné se deben producir certificados de matrimonio que,
por divorcio, separación o viudez, ya son no son rastreables. "Hay
personas que han votado toda su vida y ya no lo podrán hacer", indicó el
analista.
Muchos en
América Latina podrían considerar rutinario tener que presentar una tarjeta de
identidad al acercase a una urna.
Scott Keyes
asegura que en Estados Unidos eso no se justifica pues son pocos los incidentes
en que alguien asume la identidad de otro para votar.
De acuerdo
al Centro Brennan, un instituto de política pública y asuntos de democracia y
justicia, más de tres millones de personas se verían excluidas por el requisito
de identidad con foto mientras que los incidentes de fraude que evitaría se
podrían contar con las manos.
En 2009 solo
había dos estados que requerían carné de identificación, Indiana y Georgia.
Ahora se incluyen Alabama, Carolina del Sur, Kansas, Missouri, Pennsylvania,
Tennessee, Texas, Rhode Island y Wisconsin.
Erin
Hustings y Rosalind Gold, analistas y altas funcionarias de NALEO, la
Asociación Nacional de Funcionarios Latinos Electos, señalan a BBC Mundo que
varios de estos estados donde se aplica la ley han experimentado el mayor
crecimiento de población hispana en los últimos años.
"Ciertamente
ahí hay algún tipo de coincidencia en los estados que han aprobado las leyes de
identificación", dijo Hustings.
Scott Keyes
sostiene que mucho se debe a legislaturas y gobernaciones que estaban dominadas
por demócratas y ahora son republicanas.
También
expresa que las nuevas reglas son el fruto de esfuerzos de parte de grupos
conservadores.
"No
puedo atribuir motivos pero no es difícil sumar dos y dos para ver que los
grupos minoritarios que se van a ver afectados tienden a votar a la
izquierda", subrayó Keyes.
Sin embargo,
Rosalind Gold manifiesta que es erróneo pensar que la comunidad hispana vota de
forma monolítica. "Los latinos votan por el partido que mejor pueda
abordar sus preocupaciones y muchos nuevos votantes, sobre todo los jóvenes,
todavía están en el proceso de definir su afiliación política", comentó.
No obstante,
concuerda que la supresión de votos en los estados con grandes poblaciones
minoritarias se va a sentir. Para Scott Keyes tendrá "un impacto que no se
ha visto en los últimos 50 años desde la abolición de las leyes de
segregación".
Restricción al voto anticipado
Las
elecciones en Estados Unidos se realizan los martes, un día laborable. En 2000,
una reforma electoral autorizó el voto anticipado para aquellos trabajadores
que no podían ausentarse de su trabajo.
Muchos
estados han reducido ese período de voto anticipado. En Ohio lo acortaron de 35
a 11 días, en Georgia de 45 a 21 y en Florida de dos semanas a ocho días.
"Florida
ha hecho mucho daño" expresó Keyes. El estado eliminó el domingo antes de
las elecciones del calendario de voto anticipado. Ese día, en muchas iglesias
de congregación latina, se organizaban viajes para que todos fueran a votar.
En ese mismo
estado, como en Texas, Wisconsin, Tennessee y Kansas se impuso una prueba de
ciudadanía mediante un certificado de nacimiento, de naturalización o un
pasaporte para aquellos que se registran para votar.
"Eso
crea una barrera muy alta para el proceso de registro", resaltó el
analista del Centre for American Progress. "Muy pocos tienen esos
documentos a mano. Esa no es una prioridad muy alta cuando tengo otras cosas
que hacer, como trabajar, pagar cuentas, etc".
Otra barrera
que se presenta es el idioma. Según el Acta de Derecho al Voto, ciertas jurisdicciones
que tienen un número de minorías, como las latinas, están obligadas a ofrecer
asistencia en español.
"Eso
incluye notificaciones, papeletas electorales y señalización en español, así
como traductores en los puestos de votación", indica Rosalind Gold de
NALEO. "Hay una falta de cumplimiento con estos requisitos que crea otro
obstáculo para los latinos".
Límites al registro de votantes
Pero los
impedimentos ya no sólo se presentan en las urnas sino en el proceso de
registrar nuevos electores. Ese registro, que básicamente comprende en recabar
firmas con direcciones y fechas de nacimiento, también se ha visto limitado por
nuevas restricciones y amenazas de multas contra los que procesan los datos.
El registro
de votantes suele ser desempeñado por organizaciones sin ánimo de lucro y
voluntarios que operan en centros comerciales, festivales y congregaciones
multitudinarias. Tras un control, los nombres y datos de los inscritos son
enviados a las autoridades para que se les emita una tarjeta de registro
electoral.
Pequeños
pero importantes cambios en algunos estados con un gran número de nuevos
ciudadanos de origen latino han hecho esa labor más difícil.
"En
Florida si no se entregan las listas antes de 48 horas de haberlos registrados
uno puede ser multado por fraude electoral", comentó Ulises González,
encargado de participación cívica de la Liga de Ciudadanos Latinos Unidos
(LULAC, por sus siglas en inglés).
Eso ejerce
demasiada presión sobre los voluntarios que deben asegurarse que cada punto y
cada coma estén el sitio debido. "Un error puede ser poner la fecha
equivocada", contó González a BBC Mundo. "El 5 de mayo, por ejemplo,
registramos a cientos de personas. Algunas firmaron 5 de enero, un error
explicable pero que discrepa en tres meses y si el voluntario trata de corregir
esa fecha puede ser culpable de fraude".
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