Cuidado con las ruedas de carreta
Álvaro Pizarro, Director Programa Laboral Instituto Libertad.
Analizando ciertas columnas de opinión en diversos medios escritos, uno se percata de la falta de rigor que existe al abordar el tema laboral. Se dan por ciertos algunos presupuestos que, bien analizados, no lo son.
Así por ejemplo, se señala que las reformas laborales deben tender a ampliar la cobertura del proceso de negociación colectiva, que hoy es del 5,8% de los trabajadores dependientes. Estoy de acuerdo con que ello se debe impulsar; sin embargo, no se puede pretender que dicho 5,8 se eleve sustancialmente, pues se debe considerar que más del 70% de los trabajadores chilenos se desempeñan en empresas de menos de 15 trabajadores, entorno donde naturalmente el proceso de negociación colectiva y también la sindicalización es difícil que se lleve a cabo. Es prácticamente imposible pretender aplicar normas de negociación colectiva y hasta sindicalización en empresas de 10 trabajadores. Así, ese 5,8% se eleva a un porcentaje superior al 20% de los trabajadores que se desempeñan en empresas donde "naturalmente" dicho proceso es posible. Este es el porcentaje real que debe tratar de mejorarse, sin perjuicio de considerar que está en los rangos superiores de las estadísticas de la OIT en el mundo.
Cuando se habla de la baja sindicalización también se debe aplicar el mismo criterio y ecuación, y así el 12% de trabajadores sindicalizados se eleva casi al 40% de los trabajadores, que se desempeñan en empresas de una magnitud mínima para que ello sea posible. El hecho de que tanto la negociación colectiva y la sindicalización requieran de grupos de trabajadores de cierta magnitud para que se materialicen, no es una realidad en Chile, es una realidad mundial, y todas las cifras así lo confirman, por mucho que se escuchen voces que pretendan responsabilizar del hecho a nuestra realidad económica o a un gobierno.
Ahora bien, para avanzar en estas materias, que reitero es necesario, se requiere voluntad política. Sin ello, simplemente no es posible. El gobierno de la Concertación durante 20 años tramitó más de 16 reformas laborales y contó para ello con la comprensión y el apoyo de la oposición de entonces, lo que me consta, pues participé en todas y cada una de dichas negociaciones. Y prueba de ello es que todas son ley hoy en día. Ahora, se escuchan críticas en el sentido de que el actual gobierno no ha impulsado una agenda laboral potente. ¿Alguien se ha preguntado por qué no se avanza más en esta materia; por qué no está en discusión el tema de la indemnización por años de servicios, el de la flexibilidad de las jornadas laborales, el de incentivo a la contratación de jóvenes y adultos mayores, el de promoción de sindicalización, etcétera? La respuesta es simple, porque no "hay piso político"; dicho de otra forma, porque la oposición se opone a toda iniciativa que "invada" un territorio que estima propio. La Concertación ha transformado el tema laboral en una moneda de intercambio electoral para su propio beneficio. El caso de la Ley del Posnatal es una demostración palmaria de este criterio, llegando al extremo de intentar oponerse incluso a la idea de legislar. Hay grupos a los que no les conviene que el actual gobierno genere progreso en la legislación laboral, ello sería políticamente grave.
No podemos seguir así, concientizando sobre la base de conceptos errados, e impidiendo reformas que son necesarias y que el país requiere. No tengo duda alguna de que si se genera, por algunos sectores de la Concertación, un ambiente real y efectivo de análisis de las necesidades y soluciones que son necesarias, la agenda laboral se agilizará y podremos generar mayores confianzas y soluciones técnicamente correctas y oportunas. No podemos seguir comulgando con ruedas de carreta.
TOMADO DE DIARIO EL MERCURIO.
No hay comentarios:
Publicar un comentario