lunes, 6 de junio de 2011

Se hizo justicia, Aldo Schiappacasse.







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Se hizo justicia,
Aldo Schiappacasse




Como pocas veces ha sucedido en la historia de los torneos cortos, los dos mejores equipos de la temporada jugarán la final. Pero la discusión en la semana se dará, como suele ocurrir, en torno a los favoritismos.



La contundente victoria de los azules sobre O'Higgins y los evidentes problemas que tuvo la UC ante Unión Calera parecieran dejar a la escuadra de Sampaoli con la primera opción para los duelos finales, pero eso es hacer una lectura corta de los méritos de ambos equipos.



Hay un grupo de hinchas cruzados que aún resisten a Pizzi por un afán "pragmático" que creen ver en sus formaciones, olvidando que su escuadra jugó Copa Libertadores sin pedir jamás la postergación de un partido, algo absolutamente inusual en el fútbol chileno. Promovió a los jóvenes y tuvo un plantel homogéneo que fue el más eficiente del semestre. Por eso, llega a esta final en buena condición física y sin el desgaste propio de los cuadros que lidiaron en dos frentes. Tiene su fuerte en el mediocampo, donde establece su poderío, y aunque sus dos laterales estarán contenidos en los duelos finales, variantes para llegar al gol le sobran.



Los azules son puro esquema. Al estilo de Bielsa, esta escuadra juega de una manera independiente de sus intérpretes. El ingreso de Francisco Castro en las últimas jornadas en reemplazo de Edson Puch lo ratifica, e incluso los dardos de Sampaoli hacia el gran referente de esta escuadra, Diego Rivarola, apuntaban a la utilidad que éste tenía en el sistema global de su juego.



El mérito de ambas escuadras es que respondieron al afán con que los dirigentes eligieron y estructuraron su línea deportiva. La UC quería quitarle protagonismo a Colo Colo y reinsertarse en el ámbito internacional. Azul Azul lo dijo con total claridad: pretendían una escuadra protagonista, ofensiva y apasionada.



Es una final esperada, pero incierta; sobre todo, porque el talón de Aquiles de ambos es su esquema defensivo. En los cruzados, agravado por la lesión de David Henríquez y la falta de liderazgo y experiencia; mientras que la U, en su afán por presionar muy arriba, suele dejar espacios que siempre los complican cuando el rival tiene caudal suficiente.



No hubo mejores equipos que éstos en el año. Ni injusticia que lamentar. Lo que siempre parece un buen final. Ojalá que los árbitros y las medidas precautorias estén a la altura de un espectáculo que promete.



Tomado de Diario El Mercurio

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