Un portaaviones, símbolo de las ambiciones militares chinas.
Damian Grammaticas, BBC Pekín
El casco enorme y gris del nuevo buque de guerra chino es el símbolo más visible del creciente poder militar de China.
Está compuesto de 60.000 toneladas de acero y descansa en el puerto de Dalian, casi listo para navegar.
El Ejército Popular de Liberación (EPL) no ha querido decir nada sobre su primer portaaviones antes de estrenar su servicio.
Pero es su secreto peor guardado. Está a la vista de todos, de forma un tanto incongruente, justo detrás del hipermercado Ikea de Delian.
El gigantesco buque de guerra estuvo años en construcción, y es una señal inequívoca de la expansión militar de China y de su deseo de proyectar más que nunca su poder más allá de sus fronteras.
"Un portaaviones es un símbolo de poder de la marina", dice el general Xu Guangyu, quién prestó servicio en el cuartel general del EPL y ahora está retirado.
"China debe estar como mínimo al mismo nivel que los otros miembros del Consejo de Seguridad de la ONU que tienen portaaviones".
El General Xu asesora al gobierno chino en su programa de modernización militar.
Siete países operan este tipo de buques en la actualidad. Eran ocho, pero el Reino Unido caba de retirar el último de los suyos y deberá esperar varios años hasta que construya uno nuevo.
"Es también un símbolo disuasorio", agrega Xu, "es como decir 'no juegues conmigo, no creas que puedes intimidarme', así que es normal que China quiera un portaaviones."
"De hecho, creo es que sería extraño que China no tuviera uno".
Desarrollo militar y desarrollo económico.
Dalian no es sólo una importante base naval, también es un gran puerto comercial.
Sus dársenas bordean una bahía inmensa.
Hay una refinería de petróleo, muelles para cargueros, y astilleros en los que grúas gigantescas dominan un paisaje de enormes cascos de barcos mercantiles y buques cisterna en construcción.
"El desarrollo de nuestras fuerzas armadas está relacionado con el desarrollo de nuestra economía", afirma el General Xu.
"Nuestros intereses en recursos energéticos y en comercio se extienden a todo el mundo. Hay rutas navales fundamentales en Asia, en el Océano Índico, África, y en ambos lados del Pacífico que necesitamos proteger. Nuestra fuerza militar debe igualar el alcance de nuestra actividad económica y diplomática".
El EPL se está centrando en la marina y la fuerza aérea en su modernización, porque identificaron su relativa debilidad.
Cuando comience a operar, el portaaviones marcará un gran paso adelante en la fuerza naval china.
Estados Unidos observa este desarrollo de cerca. Por más de medio siglo, desde el final de la Segunda Guerra Mundial, la marina estadounidense operó su flota de buques de guerra sin competencia en Asia y en el Pacífico, y posee 11 portaaviones.
Los dos países observan con sospechas recíprocas sus programas militares. Muchos en el ejército chino creen que EE.UU. busca impedir su crecimiento.
Por su parte, Estados Unidos dice que el desarrollo militar chino no es transparente y está envuelto en secretismo, y que sus verdaderas intenciones no son claras.
"Durante mucho tiempo China negó que fuera a adquirir un portaaviones, incluso itentó hacer creer al mundo que la compra del primer portaaviones a Ucrania era para crear un casino en uno de sus puertos", opina Rick Fisher, analista de Centro de Evaluación y Estrategia Internacional, con sede en Virginia, EE.UU.
"Tendrá aeronaves comparables en capacidad a los recientes aviones caza de los portaaviones estadounidenses en dos o tres años".
Desplazamiento de poder.
Algunos observadores creen que China quiere construir hasta cuatro portaviones.
Fisher, quien estudió las fuerzas armadas chinas durante 20 años, considera que el país tiene grandes ambiciones.
"El portaaviones forma parte del cumplimiento de su meta histórica fijada en 2004, que estableció que el Ejército Popular de Liberación defenderá de forma creciente los intereses del Partido Comunista fuera de China", dijo Fisher a la BBC.
"Para el año 2020, China quiere tener una fuerza militar que se pueda desplegar en todo el mundo y que sea capaz de desafiar los intereses estadounidenses allí donde deban ser desafiados", concluyó.
El mes pasado, la visita al Pentágono de Chen Bingde, el jefe del Estado Mayor del EPL, fue promocionada como un gesto para mejorar las complejas relaciones entre China y Estados Unidos.
Las orquestas militares de los dos países tocaron juntas mientras el general Chen estuvo en Estados Unidos.
Chen intentó despejar temores al decir que China nunca buscaría igualar el poder militar estadounidense. Su país esta muy por detrás de Estados Unidos, afirmó.
"En esta visita a Estados Unidos vi su asombrosa fuerza militar. No sólo no tenemos capacidad para desafiar a Estados Unidos, sino que además su fuerza naval y aérea, y su estrategia, son realmente disuasivas para nosotros", declaró Chen Bingde.
En general, se cree que el desarrollo de las fuerzas armadas chinas está 20 años por detrás de las estadounidenses.
Pero en su veloz expansión, China se concentra en armas diseñadas para neutralizar el poder militar de Estados Unidos.
El EPL he hecho una gran inversión en submarinos, y se cree que está cerca de desplegar el primer misil balístico diseñado para hundir portaaviones ubicados hasta a 1.500 kilómetros de la costa.
También está construyendo su propio avión caza casi "invisible" junto con avanzados aviones para operar desde un portaaviones, construido a partir de diseños rusos.
Todo esto podría alcanzar objetivos estadounidenses - bases, buques y portaaviones - en Asia, y puede hacer que para Estados Unidos sea mucho más peligroso operar cerca de la costa china.
En cualquier conflicto futuro, el nuevo equipamiento militar chino puede limitar la libertad operativa que EE.UU. desearía.
En su momento, podría dar más espacio para que China extienda su músculo militar en Asia.
Tener un portaaviones le permitirá proyectar su poder más lejos que hasta ahora.
Por eso, Vietnam, Filipinas y Malasia - que mantienen disputas territoriales con Beijing en el mar de China - observan este desarrollo con preocupación.
Y Taiwán, Corea del Sur y Japón - que confían en Estados Unidos para su seguridad - pueden comenzar a preguntarse cuánto puede protegerlos realmente en el futuro.
Esto puede, algún día, socavar las garantías de seguridad estadounidense y su influencia en la región.
Queda mucho trabajo por hacer antes de que los portaaviones chinos se conviertan en una fuerza poderosa.
Pero, mientras descansa en el puerto de Dalian, la nave es un claro signo de las ambiciones navales de China y del desplazamiento de poder que puede propiciar.
Tomado de BBC Mundo.
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