miércoles, 24 de noviembre de 2010

Crisis irlandesa.


Crisis irlandesa




Tras semanas de negarse a un rescate financiero por unos 122 mil millones de dólares, Irlanda aceptó el domingo pasado un préstamo de emergencia de la Unión Europea y del Fondo Monetario Internacional para ir en ayuda de sus bancos endeudados. En las últimas semanas, la gravedad de la situación y el peligro de contagio a otras economías -de lo cual tenemos hoy pequeñas evidencias preocupantes- llevaron a los organismos multilaterales a incrementar la presión para que Dublín se allanara a una serie de reformas a su economía. Los ajustes necesariamente deberán incluir una reducción del gasto social y del salario mínimo, y probablemente un alza de impuestos a las empresas -actualmente en una baja tasa del 12,5 por ciento-, uno de los aspectos que despiertan más rechazo, pues afecta el alto nivel competitivo irlandés respecto de Europa.



La coalición gobernante, integrada por el partido más grande, Fianna Fail, en alianza con independientes de derecha y el Partido Verde, se quebró por el retiro de este último, y el Primer Ministro Cowen debió convocar a elecciones generales anticipadas para enero próximo. Miles de personas marcharon por el centro de Dublín, acusándolo de "ceder parte de la soberanía irlandesa". Pero, más allá de la intervención del FMI, son las cifras fiscales las que causan mayor rechazo, pues afectarán principalmente a las partidas de gasto social y a los trabajadores públicos. El gobierno saliente debería aprobar el 7 de diciembre un recorte presupuestario por ocho mil 200 millones de dólares para 2011, como parte de un plan de ajuste fiscal por 20 mil millones hasta 2014. Algunos expertos plantean que una cesación de pagos sería una salida más justa. Esta situación habría sido impensable hace pocos años, cuando Irlanda era llamada "el tigre celta" por su alto crecimiento.




Europa vive los "efectos no deseados de la crisis subprime " y también de la unión monetaria, que hace prácticamente imposible a los países ajustarse por la vía política monetaria. De agudizarse la crisis, no es descartable -aunque hoy tiene baja probabilidad- el fin del euro, algo igualmente impensable hace pocos años.



Europa requiere llevar urgentemente a cabo las reformas para mejorar el funcionamiento de la unión económica y monetaria. El propio presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, ha señalado que la eurozona se enfrenta a su "año decisivo".



Tomado de Diario El Mercurio.


Nota de la Redacción:

La medidas que implementará el Gobierno de Irlanda son el despido de casi 25 mil funcionarios públicos, fuertes aumentos de impeuestos, especialmente el IVA, rebajas en las pensiones y en los salarios de los trabajadores.

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