domingo, 7 de noviembre de 2010

La Concertación atribulada, por Axel Buchheister


La Concertación atribulada,

por Axel Buchheister


No sólo enfrenta el riesgo de seguir en la oposición en el próximo gobierno, sino de pasar a ser minoría en la Cámara Baja, una debacle.


DE ACUERDO con las encuestas Adimark de los últimos meses, la aprobación de la Coalición por el Cambio (agosto 44%, septiembre 41% y octubre 45%) ha superado significativa y consistentemente la que exhibe la Concertación (agosto 30%, septiembre 32% y octubre 32%). En cuanto a la desaprobación, en octubre la primera exhibe sólo un 39%, en tanto que el conglomerado opositor un 52%. Cifras más o menos, el fenómeno durante los gobiernos anteriores siempre fue a la inversa.


La verdad es que los partidos de la centroderecha no han realizado ninguna acción muy meritoria para "dar vuelta la tortilla"; únicamente se están beneficiando de ser los "partidos del gobierno", sobre todo cuando éste es evaluado positivamente. Es que la pérdida del poder pasa la cuenta.

Aprobación de cómo lo hace no es identificación ni adhesión política, pero si la tendencia se mantiene necesariamente se traducirá -aunque sea marginalmente- en manifestación de preferencia a la hora de votar. En otras palabras, la Concertación enfrenta el riesgo no sólo de seguir en la oposición en el próximo período presidencial, sino que pasar a ser minoría en la Cámara de Diputados, lo que constituiría una debacle. Tanta, que no sería aventurado verlos en los próximos meses evaluando los méritos del binominal, porque conforme a éste, aun si se alejaran varios puntos del 50% de los votos, igual obtendrían la mitad de los asientos.


Las amenazas son parte de todo juego y, por cierto, del político. Entonces la pregunta es cómo se disponen los opositores a enfrentar todo lo anterior, y ahí parecen estar algo extraviados. Por ejemplo, el presidente de la DC ideó volver al voto obligatorio, propuesta que incomodó a algunos de sus socios, porque suprimirlo fue su bandera de lucha y porque abría el flanco para la crítica fácil: apenas el año pasado se aprobó una reforma constitucional que estableció el voto voluntario, en medio de cuestionamientos mediáticos sin fundamento a "la derecha".


Para sostener el voto obligatorio, el ahora solitario timonel falangista esgrime argumentos académicos. Nadie entiende bien qué cálculo electoral hizo, pero aun menos cómo se le ocurre atraer el voto de los no inscritos -mayoritariamente jóvenes- imponiéndoles una obligación, a lo que no pueden ser más refractarios. Jóvenes -para colmo de males- que según la misma encuesta empiezan a estar con Piñera.


Y luego, como vieron que la reconstrucción cojeaba un poco, decidieron atacar por ese flanco, táctica que a primera vista sería razonable, interpelando a la ministra de Vivienda. Craso error, porque plantearon al Presidente un desafió en una cancha en que es imbatible: la eficiencia y la acción ejecutiva. Les recogió el guante y se puso como meta para el primer aniversario del terremoto tener avanzada un 50% de la reconstrucción. Veremos a los ministros, subsecretarios e intendentes recogiendo escombros, clavando y pintando casas; se les viene pesado el verano. A comienzos de marzo conoceremos cifras ad hoc que mostrarán la meta lograda con holgura (él nunca llega, pasa de largo). Bien por la gente del Cachapoal, el Maule y el Biobío.


La encuesta Adimark de los primeros días de abril tendrá la palabra que sigue.


Tomado de Diario La Tercera.

No hay comentarios: