miércoles, 17 de noviembre de 2010

Dos notas tomadas de los principales diarios de circulación nacional.


Seguridad pública en la Región Metropolitana,

por Fernando Echeverría Vial Intendente Metropolitano


Durante la mayor parte de la última década, la principal causa de preocupación de la ciudadanía ha sido la seguridad pública, y justamente el control y prevención del delito ha sido el sello que impulsó este gobierno desde el primer día, siendo además una instrucción expresa del Presidente Sebastián Piñera a quienes tenemos el privilegio de contribuir en su gestión; en mi caso, desde la Intendencia Metropolitana de Santiago.


Junto con las labores propias del cargo y los desafíos que se presentaron para superar la emergencia tras el terremoto, nos abocamos a analizar los distintos escenarios para enfrentar la inseguridad. Así, decidimos transformar el Comité Policial Metropolitano en un órgano ejecutivo y coordinador de las acciones de Carabineros e Investigaciones (PDI), con información pormenorizada de la situación delictual de la región.


Si bien el sistema no era inédito, nuestro primer diagnóstico demostró que sí había elementos que era necesario tener con cierta prontitud, de manera de enfocar inmediatamente los esfuerzos en la dirección correcta. Específicamente, me refiero a los análisis cuantitativos de los delitos denunciados e investigados por ambas policías, con detalles periódicos y comparados con las cifras obtenidas en años anteriores.


En otras palabras, en esta lucha contra el crimen necesitábamos darle un valor agregado a nuestro trabajo, traducido en indicadores que determinaran los avances o retrocesos en nuestra misión de garantizar una mejor seguridad ciudadana en las 52 comunas de la Región. Pero dimos un paso más allá: decidimos que sus resultados fueran también públicos.


Es por ello que, a partir de este Comité Policial, elaboramos un balance mensual, difundido a través de los medios de comunicación y donde se detallan todas las denuncias de delitos de mayor connotación social recibidas en las policías, como asaltos, robos y violaciones, además de un recuento de homicidios investigados, decomisos de drogas y detenciones, entre otros antecedentes.


Con este indicador no sólo orientamos mejor nuestra gestión, sino que transparentamos la labor gubernamental y policial en torno a un tema siempre sensible para la comunidad. En consecuencia, qué mejor que dotar a la comunidad santiaguina de la posibilidad de evaluar por su propia cuenta si las políticas públicas en materia de seguridad están dando los resultados esperados.


En ese contexto entregamos el Cuarto Reporte Regional de Seguridad Ciudadana, que demostró que los homicidios cometidos en la capital se redujeron un 34 por ciento entre abril y septiembre de 2010 versus igual período de 2009, lo que en concreto equivale a 48 víctimas menos en relación con el año pasado. Igualmente, este último semestre hubo en promedio 7,3 por ciento menos de denuncias por delitos contra las personas y una disminución de los robos con violencia del 11,9 por ciento; aumentaron los decomisos de drogas en 116,5 por ciento y subieron los detenidos por este delito en 44,5 por ciento, mientras que se constató que en agosto y septiembre se quebró la tendencia al alza en denuncias por delitos contra la propiedad.


Ahora bien, reconocemos que el instrumento más indicado para medir la delincuencia es la encuesta de victimización, pero lamentablemente esta herramienta es muy compleja y costosa de ejecutar, y no tiene la periodicidad que se requiere para establecer medidas que permitan remediar rápidamente las situaciones que se están produciendo.

Creemos que conocer las tendencias en el tipo de delito y su lugar de ocurrencia en forma periódica es un instrumento invaluable para su combate, y por eso constantemente hemos llamado a la ciudadanía a denunciar, ya que es la única forma de contribuir a que las policías puedan enfocar su acción de manera efectiva en beneficio de las víctimas.


Este es un primer paso, pero se sumarán muchos otros, como el recientemente lanzado Plan Barrio en Paz en el casco histórico de Santiago, los cuales forman parte de un programa mayor del Gobierno que hemos denominado Chile Seguro, donde todos los actores -incluida la comunidad- tienen mucho que aportar en este combate a los delitos.


Tomado de Diario El Mercurio.

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Cuidado, alguien te mira,

por Eugenio García.





Estamos pasando de una democracia representativa a una participativa, donde el público quiere tomar el poder en sus manos.


LA DISCUTIDA elección en la ANFP ha dejado una lección que será difícil de olvidar. En ella un grupo de asociados eligió como presidente a uno de los suyos. Hasta ahí todo normal. Lo extraño es que al público, sus clientes, no le ha gustado esta elección por las consecuencias que trae: la salida de Bielsa, un seleccionador querido y admirado.


El gran conflicto que vino a continuación tiene ribetes muy interesantes. Por una parte está el público, los hinchas, los jugadores, los columnistas y gran parte del periodismo especializado, que no pueden entender cómo Chile es capaz de farrearse un proceso virtuoso que trascendió el ámbito del fútbol para instalarse como un modelo de comportamiento ético, profesional y social. Por otro, un grupo de dirigentes que se ampara en su derecho a elegir a quien ellos quieran, aunque su decisión sea impopular.


Por lo visto, aunque ganen y se instalen en el directorio de la ANFP, los dirigentes tienen mucho que perder, porque en el nuevo Chile que parece estar naciendo la legitimidad no la dan sólo las leyes, los reglamentos y los derechos, la última legitimidad la entrega la comunidad y sin ese permiso, todo se complica.

El Presidente Piñera captó a tiempo lo que se le venía encima y paró la central de Barrancones, un proyecto que, teniendo toda la legitimidad de las leyes, no tenía la del público. Ese acto político inédito terminó por consagrar el poder de la gente. Se trata de un poder espontáneo, no canalizado por partidos políticos ni ONG, reunido por un imperativo ético que pone el bien común sobre los intereses y derechos individuales y se autoconvoca en las redes sociales y en el cara a cara.


Las personas no están dispuestas a callar, aunque las leyes favorezcan la postura del que está emprendiendo una iniciativa que sienten que los perjudica. Raro en Chile, nuevo para un país extremadamente legalista. Antes, si la ley lo decía, había que acatarla. Hoy el sentido común es que si la ley permite que se construya la central junto a un parque natural, entonces se cambia la ley.


Estamos pasando de tener una democracia representativa -con los representantes muy desacreditados- a una democracia participativa donde el público, la clientela, el consumidor, el ciudadano quieren tomar el poder en sus manos para que ningún intermediario distorsione su voluntad. Claro mensaje para todo proyecto industrial, minero, forestal, eléctrico: no sólo mires las leyes y reglamentos, no sólo establezcas relaciones con la autoridad. Mira también el sentido común y las expectativas de tus vecinos, los ciudadanos de Chile. Tus proyectos no son sólo ingeniería, tecnología, estudios de impacto ambiental y recursos financieros; también son proyectos sociales que impactan a la comunidad, aunque sea sólo de manera simbólica. Si la comunidad y la opinión pública no te legitiman, habrá problemas. No basta con que tu proyecto aporte para el desarrollo, con que sea imprescindible e inyecte miles de millones de dólares. Ahora formas parte de una comunidad empoderada a la que tienes que considerar y aportar mucho más que empleo y camisetas de fútbol para el deportivo local.


Ya no estás solo. En este nuevo país siempre alguien te mira.


Tomado de Diario La Tercera.

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